A una semana de la invasión de Rusia a Ucrania los daños son muchos, tanto humanos como materiales. En este tema por ejemplo está la destrucción del avión más grande del mundo. Un ataque aéreo lanzado por Rusia sobre el aeropuerto de Gostomel, cercano a la capital ucraniana, logró sacar de circulación al AN-225 ‘Mriya’ ucraniano.
Lo cual fue confirmado por Dmytro Kuleba, ministro de Asuntos Exteriores del país invadido.
“Puede que Rusia haya destruido nuestro ‘Mriya’ (que significa ‘Sueño’ en ucraniano), pero jamás podrán destruir nuestro ‘sueño’ de un Estado fuerte, libre y democrático europeo. ¡Venceremos!”.
¿Se podrá restaurar?
El AN-225 ‘Mriya’ ha quedado totalmente calcinado tras el ataque aéreo. Las estimaciones calculan que se tardará más de un lustro en poder restaurar el avión y que el proceso de recuperación tendrá un coste de más de 2.600 millones de euros, un trabajo que no se podrá realizar hasta que se ponga fin al conflicto.
Yurii Gusev, director de la empresa estatal ucraniana de transporte e infraestructuras Ukroboronprom, propietaria del avión, ha sido claro al respecto y ha asegurado que desde la compañía quieren “que la Federación Rusa lo pague”, al ser la culpable de que haya quedado calcinado.