Deslumbra Andrea Bocelli en la Riviera Maya

El concierto “Believe” de Andrea Bocelli, en el que el italiano se vio acompañado de la OSY, tuvo una duración de tres horas y convocó a un amplio público.

Cinco minutos antes de las 9 de la noche, una voz dio el aviso en inglés, español e italiano que el concierto “Believe” de Andrea Bocelli daría inicio en 10 minutos.

Tres pantallas gigantes ubicadas al frente del imponente escenario de Playa Maroma proyectaban imágenes de la gira del tenor italiano mientras en las primeras filas se observaba al alcalde Renán Barrera Concha y su comitiva departiendo mientras cientos de personas de las zonas más exclusivas esperaban sus bebidas, que oscilaban entre los 250 y los 6 mi pesos (desde copas hasta botellas).

El italiano cantó en un primer set, al rededor de 7 canciones, con una duración de 40 minutos aproximadamente.

Las localidades lucían llenas, pues fueron aproximadamente unas 3 mil personas las que asistieron y las cuales continuaban llegando inclusive después del primer set.

Muchas de ellas se quedaron atascadas en el tráfico en la carretera Cancún-Playa del Carmen, donde se hizo un retraso del al rededor de una o 2 horas.

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El show estuvo fenomenal, además muy emotivo por la calidez de Bocelli y su alegría al compartir el escenario con sus dos hijos. A su hija pequeña la acompañó tocando la guitarra, instrumento puesto en subasta a fin de recaudar fondos para destinarlos a escuelas de Haití y unió su voz a la de su guapo y talentoso hijo veinteañero, Mateo.

También hizo un par de duetos con la cantante mexicana Susana Zabaleta, quien vistió muy elegante con su vestido negro de gala o relajada con un vestido de bordado en color azul. Su voz preciosa, sin embargo fue evidente para parte del público de que en momentos la voz no le “daba” en varios momentos de su presentación.

Vestidos con guayaberas, vestidos de playa, sandalias y mocasines, los asistentes esperaban la primera llamada cuando los músicos de la Orquesta Sinfónica de Yucatán comenzaron a ocupar sus lugares las 9 en punto de la noche.

Con el mar y decenas de yates a un costado, los instrumentos comenzaron a calentar motores cuando el público seguía ingresando sin cesar al recinto al aire libre, y los aplausos y silbidos de ansiedad se dejaron escuchar.

A las 9:04 de la noche apareció Eugene Kohn (el mismo que dirigió el concierto de Plácido Domingo en Chichén Itzá hace algunos ayeres, también con la Orquesta Sinfónica de Yucatán) y las primeras notas invadieron el aire con “La danza de las horas” de La Gioconda.

El concierto, dividido en dos partes separadas con un intermedio de media hora, tuvo una duración de tres horas.

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