La supuesta posición Rusa ante el conflicto con Ucrania

El 23 de diciembre del año pasado, el presidente de la federación rusa, Vladimir Putin, en la conferencia anual con los medios, habló sobre la posición rusa ante el conflicto con Ucrania, dejando vislumbrar un cambio en la estrategia comunicativa en el gobierno de Moscú, preparándonos quizá para lo que acontece hoy día.

Cuando la reportera, Diana Magnay le preguntó si garantizaba incondicionalmente que no invadiría Ucrania o cualquier otro país soberano y qué era lo que creía que Occidente no estaba entendiendo sobre Rusia o sus acciones, Putin reiteró una vez más la visión rusa de que es la seguridad de su país la que está amenazada y que EEUU y los países occidentales son los que amenazan la paz con su presencia en la frontera ucraniana

“Es Estados Unidos el que ha venido a nuestra casa con sus misiles…”.

 

Ucrania

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Además, propuso a los medios de comunicación un ejercicio de empatía hacia la postura rusa respecto al sistema antimisiles instalado en Ucrania:

“¿Qué dirían los estadounidenses si estacionáramos nuestros misiles en la frontera entre Canadá y Estados Unidos, o entre México y Estados Unidos?”.

Aún más, estableció similitudes entre ambos países a la hora de solucionar disputas territoriales consideradas internas para el presidente Putin: ¿México y Estados Unidos no han tenido disputas territoriales en el pasado? ¿Qué país era dueño de California? ¿Y Texas? ¿Lo han olvidado? Está bien, nadie está hablando de esto ahora de la forma en que hablan de Crimea. Muy bien. Pero también estamos tratando de evitar hablar de la creación de Ucrania. ¿Quién lo creó?

Insistiendo en la imagen de anti belicismo y de compromiso de Rusia por la paz, Putin señaló los incumplimientos constantes de la OTAN respecto a la inclusión de nuevos países geográficamente muy cercanos a la frontera rusa rompiendo los compromisos anteriores establecidos por ambas partes.

Una aparente frustración se asomó en la cara del presidente cuando habló de la cooperación del Kremlin en materia de seguridad nuclear internacional: “Tuvimos representantes de los servicios de inteligencia estadounidenses en nuestras instalaciones militares nucleares; monitorear los sitios de armas nucleares de Rusia era su trabajo. Iban allí todos los días e incluso vivían allí. Muchos asesores, incluidos miembros del personal de la CIA, trabajaron en el gobierno ruso. ¿Qué más necesitaban?”.

Tras estas declaraciones, no es difícil pensar que Vladimir Putin sufriera hace unos meses un lapsus en su discurso o que la periodista lograra sacar la parte más emotiva y altruista del presidente ruso.

Quizá el Kremlin habría decidido complementar su política agresiva y dominante -que se sabe que funciona ante las altas esferas políticas de su propio partido y ante ciertos círculos militares extranjeros- junto con una política de influencia social dirigida a la opinión pública occidental y que buscaba un cambio de imagen y de afectos de las sociedades extranjeras hacia las actuaciones y decisiones del gobierno ruso.

Sin embargo, estos argumentos inicialmente minoritarios aparecieron cada vez más en boca de los medios y opinión pública y que, por tanto, la batalla por el cambio de opinión ya solo estaba comenzado.

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