“El político no debe dejarse arrastrar por el impulso general; si es preciso, tenga el valor de arrostrar la impopularidad; la efervescencia, la pasión pasará, y entonces todos reconocerán que él tuvo razón, y la impopularidad de un momento se trocará en cimiento de su valor y de su sinceridad.”
José Martínez Ruíz / Azorín: El Político.
El Instituto Nacional Electoral está obligado a organizar el proceso de la consulta sobre la posible Revocación del mandato del Presidente AMLO.
Así lo dispone la Ley. La Ley Federal de Revocación de mandato es reglamentaria de la fracción IX del Artículo 35 de la Constitución General de la República.
Es una ley de orden público y de observancia federal en toda la República. En todo el territorio nacional.
La Ley tiene por objeto regular y garantizar el ejercicio del derecho político de las ciudadanas y ciudadanos a participar, ser consultados y votar respecto a la revocación del mandato de la persona que resultó electo popularmente como titular de la Presidencia de la República mediante sufragio universal, libre, secreto, directo, personal e intransferible.
El segundo párrafo del artículo Cuarto de dicha ley señala claramente que: “ el Instituto tendrá a su cargo, en forma directa, la organización, desarrollo y cómputo de la votación, incluyendo los Consejos y juntas ejecutivas locales y distritales (…) ”
La ley entró en vigor el 8 de septiembre del año pasado.
Consecuentemente el INE debe organizar el proceso, la cuestión presupuestaria debe resolverse por el propio Instituto y para el caso de no alcanzar los presupuestos necesarios, solicitar a la SHCP y al Congreso de la Unión las ampliaciones necesarias.
Desde la óptica de las ciencias políticas y sociales esta obligación legal para el Estado mexicano será aprovechada por el Presidente, derivado siempre de su pericia política para ir un paso más allá de los actores de poder, y convertirla en una oportunidad de re legitimación a través de este ejercicio electoral.
El Presidente AMLO acude a este examen con un innegable liderazgo popular sustentado en una eficaz estrategia de comunicación política, aunque los resultados de la gestión pública disten de ser satisfactorios.
Consideramos que por la prolongación del Parlamento Abierto y el fuerte cabildeo internacional, el dictamen de la Reforma Eléctrica será pospuesto hasta avanzar con el proceso de la revocación de mandato.
Luego entonces, los próximos meses serán destinados a este inédito ejercicio de reafirmación política presidencial.
Cajón de Sastre
“La primera condición del hombre político es su fortaleza”. Azorín
El Presidente AMLO padece enfermedades cardíacas desde hace décadas, está controlado, se sabe vulnerable pero se siente bien.
Trabaja incansablemente, con su estilo, ponderando sus propósitos, privilegiando su propia mirada, aunque ésta no coincida con la realidad.
Podemos aducir que forma parte de los temperamentos utópicos, idealistas, desenfrenados, quienes a final de cuentas provocan los saltos en la historia.
Habla de la confección de un testamento político: su legado, sus indicaciones, la institucionalidad de su voluntad, un epitafio programático.
Los juristas, señalan retóricos, que no hay necesidad de tal declaración unilateral de la voluntad: la realidad política indica que sí, por supuesto que se necesita porque la Constitución no prevé todos los supuestos, no resuelve toda circunstancia.
La Cuarta Transformación está delineando un nuevo sistema político con un partido dominante y expresiones claras de pluralidad, acotadas de manera natural en las urnas por el electorado, que aún no perdona la corrupción inmensa y doble moral de la derecha, el cinismo corrupto y la desigualdad prohijada por el último priismo.
MORENA no es aún un partido político integrado, en algunas regiones, es un movimiento de masas y en otras una estructura electoral amorfa y sin fortaleza ideológica.
MORENA necesita directrices claras ante un escenario posible de falta de Presidente.
Un presidente que ejerce – a manera de las categorías de Carpizo-, facultades metaconstitucionales al designar candidatos, superdelegados, y ordenar a su gabinete a realizar tareas específicas que van más allá de lo que señala la ley orgánica de la administración pública federal
Existen un sin fin de tareas y directrices unipersonales -que ejerce con firmeza vertical el Presidente AMLO-, que pretenden apuntalar la compleja gobernabilidad.
Es su estilo personal de gobernar, tal y como Cosío Villegas, lo concibió.
¿Quién y cómo ejecutarán esas acciones? ¿Acaso con el Secretario de Gobernación Adán Augusto?
Ese testamento político puede resolver el acertijo y MORENA sobrevivir más allá del carisma de AMLO.
La solución institucional, a nuestro juicio, es la constitución de la Vicepresidencia (con precedente en la era porfirista) o la adopción del modelo constitucional semipresidencial (ya ideado para México por notables pensadores y políticos profesionales, y hay experiencias internacionales).
2. Por ahora, la presencia y posicionamientos del Secretario de Gobernación Adán Augusto en el trazo de la agenda legislativa con la Cámara de Senadores, atempera el anticlímax contra Ricardo Monreal al interior de la bancada senatorial de MORENA y la confrontación abierta entre presidenciables de la 4T.