¿Alguna vez se ha preguntado por qué las personas mentimos?
De acuerdo con Beatriz Georgina Montemayor, investigadora de la Facultad de Psicología de la UNAM, la razón tiene que ver con una cuestión evolutiva.
De acuerdo con algunos estudios, se ha determinado que el motivo de fabricar engaños, es para mantener la cohesión del grupo social.
Montemayor, explica que las mujeres mienten para proteger emocionalmente a otras personas, y los hombres, para cuidar su imagen y proteger su ego.
Pero, cuando se trata de situaciones legales, hay personas que recurren a todos los medios posibles para eludir su responsabilidad, y entre tantas cosas, pueden primeramente mentir a las autoridades, en sus declaraciones o incluso comprar a los testigos.
El problema, es que mentir a la autoridad se considera un delito, el cual está enmarcado en los artículos 247, 247 bis, 248 y 248 bis, del Código Penal Federal, así como en los instrumentos jurídicos de cada estado.
En éstos artículos contempla a los declarantes, testigos e incluso peritos.
Sí, alguien con el propósito de inculpar o exculpar a otro indebidamente en un procedimiento penal, ante el ministerio público o ante la autoridad judicial, declara falsamente en calidad de testigo o como denunciante, además de la multa señalada, se sancionará con pena de tres a siete años de prisión si el delito se considera como no grave. Pero si el delito, es grave, se impondrán de cinco a diez años de prisión.
En el caso de los peritos, que de manera intencional, alteren o mientan en sus dictámenes, independientemente de lo que marca el código en prisión preventiva, tendrán la suspensión para desempeñar su profesión u oficio, empleo, cargo o comisión públicos hasta por seis años.
En cuanto a los testigos falsos o haga que un testigo, perito, intérprete o traductor falte a la verdad o la oculte al comparecer ante la autoridad en el ejercicio de sus funciones, también tiene una pena privativa de libertad.
El mentir siempre tendrá consecuencias, y tarde o temprano, la verdad saldrá a la luz y por muchas cosas, estamos ciertos de que debemos como adultos responsables retomar la alta necesidad de contar con personas con valores morales sólidos, formar a las niñas y niños en un ambiente de respeto a las normas y de la honestidad, pero también vemos que, ante la falta de ética, también hay una sanción prevista por la ley.