De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el síndrome de Asperger está caracterizado cómo un Trastorno Generalizado del Desarrollo (TGD). Así mismo, se sabe que es un padecimiento de carácter severo y crónico, que afecta a las capacidades de relación y el desarrollo emocional y conductual.
Por ello, las personas que tienen este síndrome, mantienen una una percepción diferente de las relaciones sociales, que provoca que sus procesos de aprendizaje también sean distintos.
Estudios revelen que el síndrome de Asperger afecta de 3 a 5 individuos por cada 1000, siendo más característico en el sexo masculino.
¿Porqué se celebra el Día Internacional del Síndrome de Asperger?
El 18 de febrero de cada año, se celebra el Día Internacional del Síndrome de Asperger. El año 2006 fue declarado como Año Internacional del Síndrome de Asperger, al cumplirse el centenario del nacimiento de Hans Asperger y el veinticinco aniversario de que se diera a conocer, por parte de la psiquiatra Lorna Wing, de manera internacional el padecimiento.
Un año después, se tomó la decisión de declarar el 18 de febrero como Día Internacional del Asperger, en memoria del Hans Asperger quien estudió el padecimiento y realizó la descripción original de estos niños a quienes los calificó como “altamente inteligentes con peculiaridades interesantes”.
Síntomas que te pueden ayudar a identificar este padecimiento
De acuerdo a lo explicado por los investigadores, los síntomas de este padecimiento, se hacen evidentes entre los 2 y 3 años de edad. De igual forma, se recalcó que estos pueden ser muy variados y pueden incluir:
- Dificultad para interactuar con los demás.
- Dificultad para hacer amigos.
- Poca comprensión de los sentimientos de otras personas.
- Insensibilidad a sugerencias sociales y expresiones faciales.
- Reacciones sociales y emocionales inapropiadas.
- La preocupación por el propio mundo.
- No compartir diversiones, intereses o logros con los demás.
- Dificultad con los cambios en la rutina o los horarios.
- Intereses limitados, sólo se enfocan generalmente en uno o dos asuntos.
- Interés concentrado en pocos temas.
- Buena memoria de rutina sin comprender la información.
- Habilidades verbales limitadas o uso de palabras de manera extraña.
- Dificultad para imaginar cosas o pensar de manera abstracta.
- Tomarse las cosas muy literalmente.
- Centrarse en los pequeños detalles y tener problemas para ver la imagen más grande.
- Capacidad de leer sin comprender las palabras.
- Problemas con la comunicación no verbal.
- Mal contacto visual.
- Pocas expresiones faciales, salvo del enojo o tristeza.
- Postura corporal alterada o el uso de gestos.
- Movimientos torpes.
- Aleteo de manos constante.
- Falta de coordinación.
- Inflexibilidad para aceptar el cambio.
- Dificultad para aceptar pérdidas o críticas.
- Deseo obsesivo de terminar toda tarea comenzada.
Finalmente, los expertos indican que lo mejor es buscar la asesoría de un médico en caso de sospechar que un niño padezca este síndrome.