Las clases en línea, el home office, las plataformas de streming, entre otras, han hecho que utilicemos con mayor frecuencia audífonos, pero, estos pueden causarnos un daño a la audición no cuidamos adecuadamente factores como el volúmen.
Aquí enocntrarás algunos consjeos para prebenir un daño:
Equilibra el volumen con el tiempo, lo que quiere decir que, el nivel y la duración de lo que se escucha son las dos cosas que deben equilibrarse para evitar el daño auditivo inducido por el ruido (o el sonido) de los auriculares o audífonos.
Escuchar al 80% del volumen durante un máximo de 90 minutos a la vez es la regla general ya que existe una relación inversa entre cuánto tiempo y qué tan fuerte, por ejemplo: Si estás escuchando durante un período de tiempo superior a 90 minutos, el volumen debe reducirse de modo que cuanto más tiempo escuche, menor será el volumen.
Además del volumen y la duración de lo que se escucha, el dispositivo que se usa también puede marcar la diferencia.
Hay tres tipos de dispositivos auditivos, cada uno con sus propias ventajas e inconvenientes.
Los audífonos que se colocan sobre la oreja, éstos la encierran y suelen ser mejores para cancelar el ruido exterior. La mejor calidad de sonido también le permite escuchar a un volumen más bajo. Sin embargo, no son tan portátiles ni tan cómodos de guardar como los auriculares.
Los auriculares permiten que entre más ruido exterior en tu oído, lo que podría ser más seguro si estás al aire libre, cerca del tráfico o en espacios reducidos con otras personas. “Sin embargo, las personas tienden a aumentar el volumen a niveles peligrosos en áreas con mucho ruido ambiental”, menciona la audióloga.
Los auriculares aislantes tienen puntas de goma que sellan el canal auditivo. Son buenos para bloquear los sonidos del exterior, pero pueden ser peligrosos para los corredores o ciclistas que necesitan estar atentos a su entorno.
Independientemente de los que escojas debes seleccionar unos que tengan mayor fidelidad y ayudará a cuidar tus conductos audotivos.
Hay que recordar que, la exposición temprana y repetida a sonidos fuertes da como resultado un daño en el oído interno, que es permanente y puede no experimentarse hasta cuando ya demasiado tarde para prevenirlo.
