El acrónimo DINK significa “dual income, no kids” (doble ingreso, sin hijos), es aquel con el que se ha nombrado a cierto tipo de parejas y este se usó por primera vez en la década de 1950 en Europa y Estados Unidos para describir a una pareja con dos ingresos que no tiene hijos.
Por otro lado, las parejas DINK son distintas de las DINKY (Dual Income No Kids Yet; es decir, doble ingreso sin hijos todavía), eso quiere decir que esas son solo retrasan el momento de convertirse en padres, pero sí lo tienen considerado.
En la mayoría de los casos, las parejas DINK han optado por no tener hijos para centrarse en sus carreras. Sin embargo, más que una condición de pareja sin hijos, ser DINK implica un estilo de vida, a menudo centrado en la promoción profesional y la creación de riqueza para vivir otro tipo de experiencias.
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Esta tendencia prioriza otros aspectos antes que la de ser padres y se ha extendido en el mundo entero, ya que apenas en enero un importante medio de Reino Unido dio a conocer que más de la mitad de las mujeres de ese país no tienen hijos a los 30 años, de modo que la maternidad tardía o la elección de no tener hijos se está convirtiendo en la norma. Los datos de la Oficina Nacional de Estadística ofrecen un panorama muy claro de la evolución de la fecundidad a lo largo de las décadas: es la primera vez que hay más mujeres sin hijos que madres menores de 30 años desde que se iniciaron los registros en 1920.
En México, los datos del INEGI respecto a la maternidad también son interesantes: durante 2020 se contabilizaron 1 millón 629 mil 211 nacimientos registrados en las oficinas del Registro Civil, lo cual representa una disminución de 22.1% respecto a los registrados durante 2019.
Así es como las parejas con hijos destinan gran parte de sus ingresos a rubros como vivienda, alimentación y educación, mientras que las parejas DINK o DINKY invierten más tiempo y dinero en sus carreras, lo que les deja más recursos para ahorrar, invertir, gastar en bienes y servicios.
