Eduardo Blanco
Mientras que, en el mes de septiembre del año pasado, el Secretario de Hacienda y Crédito Público, Rogelio Ramírez de la O, en un evento virtual de Moody’s afirmaba que había disminuido la incertidumbre sobre el impacto de la pandemia y podían volver a generar saldos en los fondos de emergencia; hace unos días reconoció que la reactivación de la economía mexicana está anclada a la pandemia por el COVID.
En la Reunión del Consejo de Ministros de Finanzas de la Alianza del Pacífico, Ramírez de la O, resaltó que ya había problemas que aquejaban a México como la reducida inversión, escasa productividad, informalidad, desigualdad y pobreza.
Pero considera que ahora los principales riesgos son: las nuevas variantes de COVID, los limitados espacios fiscales y las altas tasas de inflación derivadas de desajustes entre la oferta y la demanda.
El funcionario dijo, que la actual administración está desarrollando programas de desarrollo social, en materia de salud, educación, seguridad alimentaria y desarrollo de zonas rurales, y que están buscando revertir la situación de desigualdad social desde una perspectiva de derechos que dé prioridad a las personas indígenas y a los más pobres.
Sin embargo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) recortó de 4 a 2.8% la estimación de crecimiento para nuestro país en este año, considerando factores externos como la inflación global, los ajustes monetarios y los efectos de la variante Ómicron del Covid-19. Siendo este último un revés en la economía no solo de México sino del mundo. Además de que nuestra economía tuvo la recesión más profunda en siete décadas, con una contracción del PIB de 8.2%.
Pero como lo han dicho los estudiosos de la economía, en México no ha habido inversión pública y privada en los últimos años, y el rebote del 2021 difícilmente se traducirá en una recuperación sustentable.
Y aunque el Secretaria de Hacienda enfatizó que el objetivo fundamental del gobierno actual es generar crecimiento económico, mejorar las condiciones de vida de la población y elevar el bienestar, reduciendo las desigualdades, en lo personal veo un futuro que será a largo plazo, ya que además el Fondo Monetario Internacional espera que la inflación se mantenga alta a nivel mundial en el corto plazo y que promedie un 3.9% en las economías avanzadas y un 5.9 en los mercados emergentes y las nacionales en desarrollo durante este 2022.
Por otra parte, Rogelio Ramírez de la O, se mostró esperanzado, al considerar que las inversiones que el gobierno está haciendo en proyectos de infraestructura en el sur del país, la mejora en la conectividad física, digital y de energía, impulsará el comercio y logrará atraer capitales, logrando un mayor consumo e incrementando la capacidad productiva de bienes y servicios.
Pues solo nos queda esperar, y creer que la administración federal tomará las mejores decisiones en el gasto público, en los proyectos, detener la iniciativa de la reforma energética, pero sobre todo de respeto a la ley, para que exista la confianza de los inversionistas y regresen a desarrollar proyectos en México.
