Como lo señale en la entrega anterior, con la alternancia partidista en el 2000 y con el inicio del nuevo gobierno de la época respecto al ex presidente (Vicente) Fox y quienes tenían Banamex, quienes lo habían recibido en la privatización cuando (Carlos) Salinas entregó Banamex a Roberto Hernández se queda con el banco, viene la crisis de finales del gobierno de Salinas, de principios del gobierno de (Ernesto) Zedillo y se decide rescatar a los bancos con el Fobaproa. Todos estos bancos son rescatados, los limpian, los rescatan con dinero público. Esa deuda llegó en entonces a un billón de pesos.
Cabe señalar que del 2001 a la fecha se crearon mecanismos legales que permiten que en operaciones bursátiles de venta de acciones se pague el correspondiente impuesto. La situación tributaria ahora es distinta en donde la ley otorga a las autoridades hacendarias diversos mecanismos de control o vigilancia para que una operación de esta magnitud se lleve en apego a la legislación vigente.
Si una venta de estas implica el pago de impuestos, estos deberán pagarse en tiempo y forma a la autoridad tributaria que cuenta con los mecanismos para evitar la evasión de los mismos.
Así mismo es importante apuntar que Grupo Banamex no ha sido el único beneficiado de la evasión de impuestos: entre la lista que se difundió en el 2021 se encontraba Grupo Bancomer, con una suma total de 5 mil 279 millones de pesos, HSBC con 2 mil 302 millones y Banorte con un mil 436 millón de pesos.
Por el momento la venta de CitiBanamex ha quedado en suspenso y aún no se sabe quién la comprará definitivamente, no obstante, ya hay algunos posibles compradores y empresarios que muestran interés en adquirirla. Algunos de ellos son Ricardo Salinas Pliego (Banco Azteca), y en el mismo caso podrían estar Carlos Slim (Inbursa), Carlos Hank González (Banorte).
Las normas antimonopolios en México y Estados Unidos podrían objetar a los grupos más sólidos y abrir la posibilidad a otros empresarios vinculados a instituciones financieras menores. Pero, por otro lado, las autoridades también tienen voz para vetar opciones que puedan carecer de solvencia económica o moral.
Finalmente, a México le urge un sistema financiero más grande, competitivo y eficiente. Ojalá que este suceso sea una oportunidad que contribuya realmente a tener un mercado financiero más amplio y profundo, y que la mayor competencia se traduzca en menores costos financieros para el país.