Transparencia, fiscalización y rendición de cuentas

La democracia inexcusablemente requiere que los gobernados estén al tanto del quehacer de los gobernantes y estos deben en todo momento poder responder por sus actos tanto a nivel administrativo, político, como a nivel del gasto público.

Transparentar el uso de los recursos públicos es fundamental para evitar y prevenir actos de corrupción, al mismo tiempo que se genera confianza entre la población que votó por los líderes políticos.

Fiscalizar el uso de los recursos públicos también resulta fundamental porque este control administrativo y legal debe y es hecho por especialistas en la materia que normalmente son elegidos por los representantes de los gobernados.

Rendir cuentas, además de las promesas de campaña y las obligaciones por reglamentaciones administrativas resulta importante para la evolución de las organizaciones gubernamentales ya sea en el poder ejecutivo, el poder legislativo o el poder judicial.

Las universidades públicas no están exentas de responder por esta triada que previa y brevemente he desarrollado. Por ello la figura del Órgano Interno de Control de las Universidades resulta fundamental para que dichas organizaciones cumplan cabalmente sus funciones: educar, educar y educar.

La Universidad Autónoma del Estado de México es un claro ejemplo de cómo se debe nombrar al titular de órgano interno de control. Lo señalo pues tras la polémica del 2017, año en que se impuso como legislación que la designación del titular contralor de la UAEMex lo eligiera el Congreso mexiquense, finalmente y tras un amparo, por supuesta violación a la autonomía universitaria, la Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvió en favor del Congreso mexiquense y finalmente fue elegido el contralor de la UAEMex, Victorino Barrios Dávalos en septiembre del 2020 por el Congreso del Estado de México.

Victorino Barrios es licenciado en Economía por la UAEMex, doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de la Habana, durante 16 años fue el contralor interno del Poder Legislativo y desde 1992 es catedrático de esa misma universidad.

La lógica añeja en la que el rector designaba al contralor no resultaba tan imparcial ni podía responder a la transparencia, la fiscalización y la rendición de cuentas. No se puede ser juez y parte en un asunto tan importante. Sin embargo, el contralor no debe ser visto como un elemento incómodo, sino más bien como un aliado en el combate a la corrupción y en favor de la transparencia. Cualquier movimiento de los recursos públicos de la UAEMex, revisado y palomeado por el contralor es garantía que las cosas se están haciendo bien y apegadas a la normatividad. Es tranquilidad para el actual rector Carlos Eduardo Barrera Díaz.

Un contralor fuerte significa también una UAEMex fuerte, con buena reputación y generando resultados apegados al marco jurídico.

 

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