El fiscal estatal Gerardo Octavio Solís anunció su renuncia al cargo “para atender algunos temas personales de salud”, pues luego de “trabajar en diversos periodos jornadas extenuantes todos los días de la semana” invertirá ahora tiempo para atender sus padecimientos.
“A lo largo de más de 30 años me he dedicado con pasión e intensidad a defender la seguridad de los jaliscienses. Me preparé académicamente con un alto rigor técnico para estar siempre a la altura de cualquier reto (…) Ese esfuerzo sostenido tenía que pasar algunas facturas al paso de los años”, dijo Solís a través de una carta que envió a los medios de comunicación a las 8 de la mañana este martes.
Afirmó que no son momentos de “regatear horas de trabajo” al tema de la seguridad pública y la procuración de justicia, por lo que “en un ejercicio de honestidad intelectual y ética profesional” tomó esa decisión “la cual ya he comentado con el gobernador (Enrique Alfaro) y me ha manifestado su apoyo y solidaridad, para en mi caso atender esos temas de carácter personal de tiempo completo”.
Solís fue procurador general de Justicia de Jalisco entre 2000 y 2005, luego de ser primero nombrado por el gobernador Alberto Cárdenas y después ratificado por el gobernador Francisco Ramírez Acuña, ambos panistas. Con este último fue además secretario de Gobierno entre 2005 y 2006, luego fue nombrado gobernador interino de Jalisco hasta febrero de 2007 tras la licencia de Ramírez Acuña, quien a su vez fue llamado a ocupar la Secretaría de Gobernación en el gobierno federal.
Su paso por la Procuraduría o ahora en la Fiscalía queda marcada por cientos de quejas en su contra en la Comisión Estatal de Derechos Humanos, la mayoría por tortura, y en especial por quienes fueron víctimas de detenciones arbitrarias y represión el 28 de mayo de 2004, tras manifestarse contra las políticas neoliberales durante la Cumbre de América Latina, el Caribe y la Unión Europea celebrada en Guadalajara.