Investigadores del Instituto de Astronomía (IA) de la UNAM participaron en una colaboración internacional que detectó un exoplaneta (planeta fuera del sistema solar) con el telescopio robótico SAINT-EX, que opera desde el Observatorio Astronómico Nacional de San Pedro Mártir (OAN-SPM), en Baja California. Se trata del tercer planeta detectado con ese equipo que funciona desde una de las zonas del mundo más propicias para la observación astronómica.
Se llama TOI 2257 b y está alrededor de una estrella M, que son de las más frías y pequeñas de la galaxia, afirmó la investigadora del IA y coordinadora del telescopio robótico, Yilen Gómez Maqueo Chew.
“Primero fue identificado con los datos del satélite TESS, que está observando todo el cielo en busca de exoplanetas, pero su existencia se confirmó con telescopios desde la Tierra como SAINT-EX, para asegurarnos de que es un planeta y no alguna otra cosa”, afirmó.
Junto con Gómez Maqueo Chew cooperaron en el hallazgo, por parte de la UNAM, la investigadora universitaria Laurence Sabin (de la sede Ensenada del IA) y los académicos postdoctorales Marco Gómez Muñoz (en Ensenada) y Emiliano Jofré (en Ciudad Universitaria). Los resultados de la investigación se publicaron el 7 de enero en la revista Astronomy and Astrophysics.
También investigadores de las universidades de Berna, Ginebra y el grupo de trabajo Planets; tres de Suiza; la Universidad de Lieja, Bélgica, y la de Cambridge, Reino Unido.
El artículo tiene 19 colaboradores de varias partes del mundo, como el Instituto Tecnológico de Massachusetts y la Universidad de California, en Estados Unidos; el Instituto de Astrofísica de Canarias, España; y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina, entre otros.
Los científicos elaboraron un análisis detallado de los datos de los satélites terrestres y de TESS confirmando el descubrimiento. “El planeta que encontramos tiene ese nombre por la estrella TOI 2257 y la b quiere decir que es un exoplaneta que está orbitando a su alrededor”, detalló.
El cuerpo celeste encontrado es relativamente grande en comparación con la Tierra, pues es de 2.2 veces el radio de ésta, y le da una vuelta a su estrella cada 35 días, lo cual es poco en términos del sistema solar, pero respecto a los exoplanetas que se conocen alrededor de estrellas M, es uno de los que tarda más para dar una vuelta suborbitando la estrella, relató la astrónoma.
El telescopio SAINT-EX detectó del objeto celeste curvas de luz, es decir, la luz que se recibe de la estrella y cómo cambia su brillo en función del tiempo. Como si fuera un eclipse, el exoplaneta al pasar por su estrella la oscurece, la hace menos brillante y deja solamente curvas de luz, que los equipos captan y las y los astrónomos interpretan.
Mientras en el sistema solar hay planetas gigantes como Júpiter, Saturno, Neptuno y Urano, que tienen entre cuatro y 11 veces el radio de la Tierra, este exoplaneta recién descubierto es 2.2 veces el radio de la misma, lo cual lo ubica en una fase intermedia.
“Se espera que sea un planeta más gaseoso que terrestre; y tiene una órbita excéntrica, que es ovalada y el exoplaneta a veces está muy cerca y otras muy lejos de su estrella”, explicó.
De manera general, este exoplaneta brinda a los científicos información de cuánto tarda en dar una vuelta, de su tamaño y de cómo es su estrella.
“Nos ayuda a entender el contexto de los sistemas planetarios. Antes de que se descubrieran los primeros, en la década de los noventa, el único sistema planetario que conocíamos era el sistema solar. Todo lo que sabíamos era basado también en la formación de las estrellas. Una vez que se encuentran los exoplanetas nos damos cuenta que son muy diferentes a lo que conocíamos, y eso nos ayuda a poder entender mejor el proceso de cómo se forman los sistemas planetarios y cómo evolucionan”, apuntó.
Hasta ahora, científicos de todo el mundo han descubierto más de 4,893 exoplanetas, los cuales dan una clara idea de cómo son otros sistemas planetarios distintos en el Universo.
En la próxima misión del telescopio espacial James Webb se espera conocer la atmósfera del exoplaneta, lo que aportaría mayor conocimiento sobre este hallazgo.