Triple ERRE
Francisco Reynoso
Más vale la pena en el rostro, que la mancha en el corazón.
Miguel de Cervantes
Hace exactamente 20 años, un camión corría por caminos de la Sierra de Morones rumbo a Tlaltenango. El trasto se quedó sin frenos, el chofer perdió el control y ocurrió la tragedia. Del fondo del barranco las brigadas de auxilio rescataron a una veintena de heridos graves. Y 19 cadáveres, varios de ellos de niños y niñas. El drama hizo llorar a Zacatecas. Ricardo Monreal derramó lágrimas del corazón. El infortunio de familias humildes, de campesinos y mujeres de rancho, de niños de piel tostada y niñas de trenza; el infortunio de su gente lo conmocionó. En la iglesia de Cardos, donde se velaban a los muertos, encontró a una niña abrazada a una muñeca junto a un ataúd pequeño, blanco. Ricardo la cargó. La niña sacó su carita de entre los brazos de la muñeca y le preguntó: “¿Ahora con quién me voy a dormir? Se murió mi hermanita”.
NINGUNA FAMILIA QUEDÓ SIN
UN ABRAZO DEL GOBERNADOR
EL accidente ocurrió a las 9 de la mañana y fracción. Familias de diversas comunidades iban a una boda. En Los Fresnos el chofer advirtió a sus pasajeros que tendrían que detener el viaje porque los frenos estaban muy calientes. Por unanimidad, porque el casorio era a las 10 de la mañana, se decidió continuar y correr el riesgo. A las 9.15 el alcalde Miguel Ángel Díaz Montaño llamó al teléfono del gobernador. Monreal estaba en México y dispuso su regreso inmediato. Arturo Nahle, secretario de Gobierno fue el primero en llegar a la Sierra de Morones con brigadas de rescatistas y lo necesario para atender a los heridos. Poco después llegaron Ricardo Monreal y el procurador Aquiles Navarro. Ninguna familia en desgracia quedó sin un apapacho de Ricardo y sin apoyos del gobierno. Todas supieron y sintieron que Ricardo Monreal, el señor gobernador, realmente estaba con el pueblo. Ese oficio político, ese no desperdiciar ninguna oportunidad de estar con la gente humilde, de abrazar y defender al pueblo es la herencia bendita que dejó don Felipe Monreal a sus hijos. Ricardo invirtió su parte y ya la multiplicó por mil. David debe olvidarse de la herencia maldita que recibió de los gobiernos del PRI. Y gastar todo su capital político de la herencia bendita si aún quiere ser el mejor gobernador que haya tenido Zacatecas.
LAS BANDAS DEL CRIMEN
TIENEN VIGILADO A DAVID
David Monreal llegó a Palacio de Gobierno a las 4.55 de la mañana. Porque, según él, a las 5 ya revisaba su agenda del día. Media hora después de que ingresó a la Casa de los Perros y subió al segundo piso -según el relato que hizo en su video matutino- estacionaron la Mazda con su macabro cargamento. Y el conductor de la carroza fúnebre -por lo que dijo Monreal era un sujeto solitario- corrió por el Callejón de Las Campanas. Evidentemente ahí lo esperaban para sacarlo del lío, cosa que aparentemente no consiguieron. Porque según Monreal, los involucrados de entregar el mensaje fúnebre fueron capturados por la tarde. Lo más grave de este tétrico asunto es que sus autores intelectuales, según parece, tienen vigilado al gobernador. Y conocen sus movimientos. Dijo David que la Mazda bajó por Quebradilla a las 5.14 de la mañana. Por lo que se sabe, el gobernador salió de la Casa Bellagio para ir a sus oficinas y debió hacerlo casi por la misma ruta. Está claro que el envío era para él. Y se aseguraron de que lo recibiera casi personalmente. Sólo faltó que le pidieran firmar de recibido.
COMBATIR LA DELINCUENCIA Y
RECUPERAR LA PAZ, TAREA DE TODOS
El pacto por Zacatecas que -dijimos hace días- debe impulsar David Monreal, es ahora más urgente que nunca. Hoy es 7 de enero y con los 10 de ayer, los homicidios vinculados al crimen organizado pasan de 20. Casi tres por día. Dice Monreal: el combate al crimen y a la violencia es asunto de todos. Tiene razón. Pero las obligaciones de cada parte de ese todo son diferentes. Las más complicadas, porque incluyen, o deberían incluir la investigación con inteligencia e infiltrar a los carteles para darles golpes de precisión, corresponden a las fuerzas federales. Y a la Fiscalía de Justicia de Zacatecas de Pancho Murillo. La detención del conductor de la carroza fúnebre y de quienes lo ayudaban a huir, muestra que, gracias a Dios -diría Monreal- la coordinación entre estas instituciones, antes inexistente, empieza a dar buenos frutos. Empero, el gobernador debe tener claro que el concierto anticrimen lo debemos de tocar todos, cada quien con su instrumento. Empero él y sólo él puede ser el director. Y no puede esconderse y menos aún renunciar a esa responsabilidad. Todos los músicos quieren tocar su parte con virtuosidad. Depende del gobernador, depende del director, armonizar la orquesta y que el concierto sea un éxito. Todo indica que el golpe brutal asestado ayer por el crimen sacudió a Monreal y empezará a tomar decisiones para que el problema de inseguridad, y el de justicia social, y el de salud, y el de insuficiencia financiera sean cosa de todos. Y entre todos los resuelvan.