Ante la confirmación del primer caso de la variante Ómicron en la entidad, los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO) informaron sobre los nuevos periodos recomendados de aislamiento para las personas que presenten síntomas respiratorios o que han dado positivo en la prueba de Covid-19.
Los SSO señalaron que el tiempo de cuarentena deberá de ser de cinco días para quienes tengan el resultado confirmatorio de esta enfermedad, de acuerdo con las recomendaciones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
“El cambio está motivado por la ciencia que demuestra que la mayor parte de la transmisión del coronavirus ocurre entre el primer y segundo día antes de la aparición de los síntomas y en un lapso de dos a tres días después de la presencia de los mismos”, señaló en un comunicado.
Además, los SSO recomiendan que también las personas con síntomas de este padecimiento deben aislarse durante el mismo tiempo, para cortar la cadena de transmisión y mitigar los contagios.
En el caso de la variante Ómicron (B.1.1.529) los síntomas frecuentes son escurrimiento nasal, estornudos, fatiga, dolor de cabeza, espalda baja y garganta, así como sudoración nocturna y pérdida del apetito.
En niñas y niños se deben considerar, además, la temperatura alta, tos nueva y continua, pérdida/cambio en el olfato o el gusto, fatiga, dolor de cabeza, merma del apetito y sarpullido en la piel.
La variante Ómicron está considerada de “Preocupación” por la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya que se está extendiendo rápidamente en todo el mundo y tiene el potencial de afectar a cualquier grupo etario de la población, por ello, las recomendaciones actualizadas están basados en evidencia científica y garantizan que las personas puedan continuar con su vida cotidiana de forma segura.
La instancia rectora en materia de salud de la entidad hizo énfasis en mencionar que la prevención es la mejor arma contra esta pandemia: vacunarse, recibir un refuerzo de la dosis, usar cubrebocas correctamente en entornos públicos, cerrados, en áreas de transmisión comunitaria sustancial y alta, así como realizar una prueba antes de reunirse con personas que no viven en un mismo hogar, son claves para desacelerar la transmisión.