Por una #SociedadHorizontal
El año 2022 será un año políticamente complejo. Conforme pasan los meses, la sucesión presidencial adelantada empezará a generar mayores tensiones y desajustes, tanto al interior del equipo de gobierno, como entre los grupos que buscan rivalizar la hegemonía del presidente López Obrador. Sin embargo, independientemente de las coyunturas por venir, la agenda pública ya esta marcada con fechas puntuales:
1) El seguimiento judicial a casos emblemáticos, tales como la audiencia presencial de Ricardo Anaya, establecida para el 31 de enero, misma que junto con los casos de Juan Collado y Rosario Robles, buscará prolongar la narrativa gubernamental del combate a la corrupción; 2) La inauguración del aeropuerto Felipe Ángeles, programada para el 21 de marzo, con la consecuente polémica nacional sobre su utilidad pública; 3) La consulta popular para la Revocación de mandato, a realizarse el 10 de abril, con la progresiva discusión entre el INE, la SCJN y la presidencia de la República; 4) La elección de gubernaturas en seis entidades federativas prevista para el 5 de junio; 5) La discusión legislativa en temas de reforma eléctrica, instituciones electorales y Guardia Nacional, que podría ocurrir después del proceso electoral, empezado el período ordinario de septiembre.
En materia electoral, para el siguiente año, conforme a las últimas encuestas, las proyecciones son que el PAN retenga una y que Morena se quede con cinco entidades federativas. Entre las variables que habrá que tener presentes para dichos resultados están; el apoyo federal para Morena a través de los programas sociales, la inercia favorable que mantiene ese instituto político ante la aprobación de AMLO y el desgaste que aún mantienen los partidos de oposición.
Un aspecto relevante es que, a diferencia de otros tiempos políticos, el involucramiento de los gobernadores a favor de sus partidos, se antoja poco probable. Ante el anuncio de los nombres de los tres hombres y las tres mujeres que encabezarán los esfuerzos electorales de Morena, surgen las primeras consideraciones.
En Aguascalientes estará Nora Ruvalcaba Gámez, quien podría aprovechar la distancia pública que mantiene el gobernador Martín Orosco con Teresa Jiménez, la alcaldesa de la capital, que por el momento se ubica arriba en las encuestas. En el caso de Durango, Marina Vitela Rodríguez, alcaldesa de Gómez Palacio tiene una gran probabilidad de ganar, dado que es probable que el gobernador Rosas Aispuro no apoye decididamente a la coalición de PRI y PAN, con lo que implícitamente ayudaría a Morena.
Esta misma situación podría presentarse en Hidalgo y Oaxaca, donde la percepción generalizada es que los gobernadores priístas de ambas entidades, se mantienen cercanos al presidente López Obrador. En esos estados, Morena ha propuesto a Julio Menchaca y a Salomón Jara respectivamente.
El caso de Quintana Roo es parecido, aunque con gobernador panista. Morena ha propuesto a Mara Lezama. La cercanía que tiene la alcaldesa de Cancún con el gobernador Carlos Joaquín, augura que la coalición PRI-PAN tendrá poco apoyo estatal. Por último, en Tamaulipas, Morena ha propuesto a Américo Villareal. El desgaste que ha sufrido el gobernador Cabeza de Vaca, ante los señalamientos judiciales de la federación, lo mantendrá debilitado para actuar en favor de su partido.
Pese a estas consideraciones, como en todo proceso electoral, todavía habrá muchos detalles que modificarán las actuales proyecciones. Entre otras variables, está la variable que hoy representa la participación del crimen organizado, cuya presencia tiene cada vez mayores impactos definitorios. También habrá que analizar a fondo el posible involucramiento de la clase media, que especialmente en zonas urbanas, ha cobrado mucha mayor relevancia.
Es precisamente en este contexto en el que la #SociedadHorizontal puede tener una presencia determinante. Los nuevos mecanismos de información, comunicación y organización que han generado las redes sociales, abren una importante oportunidad para la construcción de nuevas rutas en las que las clases medias urbanas, logren articularse para exigir mejores propuestas a los candidatos, revisen con mayor puntualidad sus perfiles y sobre todo, den un mejor seguimiento a que las propuestas de campaña se cumplan.