En Washington se reportan largas filas de personas frente a los centros de vacunación tras el imparable aumento de casos de ómicron tanto en esta ciudad como en otros muchos puntos del país.
Hay una estimación que solo el 73% de los infectados lo son con la nueva variante, con los estados de Washington y Florida como los más afectados y con miles de viajes planeados para los próximos días.
“Me alegra ver que la gente se hace la prueba si va a viajar”, dice una residente en la capital, “supongo que es una de las razones por lo que lo hacen, con las vacaciones a la vuelta de la esquina. Pero también es probablemente porque mucha gente está empezando a no sentirse bien con la nueva variante”.
A la espera de una comparecencia oficial del presidente Joe Biden sobre la actual situación y las medidas a tomar, Estados Unidos comienza a asumir un nuevo e inevitable confinamiento.
“No se trata de un discurso sobre el confinamiento del país”, calmaba desde la Casa Blanca su secretaria de prensa, Jen Psaki. “Es un discurso para describir y ser directo y claro con el pueblo estadounidense sobre los beneficios de ser vacunado, los pasos que vamos a tomar para aumentar el acceso a la vacunación y las pruebas, y sobre los riesgos que se plantean a las personas no vacunadas”.