El derecho a una vida mejor

A veces nuestra sociedad es tan absurda que el derecho a tener una vida mejor se convierte en un acto ilegal o en una sentencia de muerte. Es una realidad triste y lastimosa que este mundo en el que vivimos es profundamente desigual, y que por múltiples factores y circunstancias, existen muchas personas padeciendo pobreza y todo tipo de carencias, violencia, abuso… el pasado 10 de diciembre, poco más de 150 personas viajaban en un camión con la ilusión de encontrar una vida mejor, desafortunadamente muchos de ellos encontraron otra cosa.

El accidente de la semana pasada en Chiapas, en el que perdieron la vida cerca de 55 personas proveniente de varios países de Centroamérica, es sin duda una de las expresiones más trágicas y dolorosas del drama migratorio que está padeciendo una importante región de este continente, incluido nuestro país, por supuesto, y que en conjunto con Estados Unidos se han visto rebasados por una crisis que, en parte, es responsabilidad de nuestro vecino del norte.

Discursos van, discursos vienen. Se enuncian por aquí y por allá planes y programas de desarrollo para llevar progreso social y económico a la región central de América, pero todas esas buenas intenciones siguen sin traducirse en políticas públicas reales y efectivas que provean a todo esa gente de mejores oportunidades de vida.

La situación actual en países como Guatemala, Honduras y El Salvador es ya insostenible, la gente está desesperada ante la falta de oportunidades y la violencia que los lacera día a día, es inadmisible que siga existiendo tanta gente cuya mayor preocupación sea la de que se llevará a la boca el día siguiente.

Esta visión política y a veces social de ver al migrante como una suerte de apestado, sobre todo el migrante pobre, no puede continuar. El derecho a tener una vida mejor no puede seguir viéndose como un ultraje. Como sociedad, debemos practicar más la empatía y creo que nuestros gobiernos deben actuar ya ante una situación que ya está totalmente fuera de control.

¿Se tienen que seguir repitiendo más situaciones como las del pasado 10 de diciembre? Seguiremos viviendo en la indiferencia ante todo el dolor que genera la migración?

Urge que se tomen cartas en el asunto. Urge que se trate con dignidad a los migrantes. Urge el diseño e implementación de políticas públicas y planes de desarrollo que le den un respiro a Centroamérica.

Urge que este tipo de cosas dejen de suceder.

 

 

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