Nadie pensaría que ya han pasado diez meses desde aquel 23 de febrero en que el mundo se estremeció por el fuerte accidente de Tiger Woods, ocurrido en una carretera de Los Ángeles. Ahora, el deportista estadounidense se prepara para reaparecer este fin de semana en una cancha de golf.
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El californiano, de 45 años, se fracturó los huesos de la pierna, el tobillo y el pie derechos al accidentarse con su vehículo el pasado 23 de febrero en Los Ángeles.
“Estuve tres semanas en el hospital y luego tres meses en una cama de hospital en mi casa. Volver a jugar al golf fue siempre una motivación. Recuerdo que pedí que me llevaran un palo de golf para al menos sostenerlo mientras estaba todavía en cama. Al principio no podía moverme, no podía salir de mi casa y yo amo estar al aire libre”.
Y será realmente especial puesto que no regresara solo, lo hará junto a su hijo Charlie, de 12 años.
“Aunque ha sido un año largo y desafiante, estoy muy emocionado de cerrarlo compitiendo en el @PNCchampionship con mi hijo Charlie. Estoy jugando como papá y no podría estar más emocionado y orgulloso”, escribió el californiano de 45 años en su cuenta de Twitter.