Por: Edgar Mereles Ortíz
Existen tres tipos de priístas, los que fueron cercanísimos a Colosio, los que fueron super amigos y los que fueron sus mejores colaboradores.
Entre ellos se baten los mejores discursos, la anécdotas familiares, íntimas, secretas y únicas.
Existe un ambiente por demostrar quién era el confidente, el socio, el cómplice y hasta el que tenía la autoridad de ponerlo en su lugar y decirle algunas verdades en la cara.
El PRI perdió el rumbo, simula que lo reencuentra en cada veintitrés de marzo de cada año desde hace veintisiete vueltas al sol. El PRI perdió su valor como clase política con orden, respeto y convivencia en la diferencia. Pero también la política perdió, sus valores, ideas, proyectos de nación de todos que fueron asesinados por las balas en Lomas Taurinas, Tijuana.
Perdió la política y ganó la violencia, y desde esa fecha no deja de ganar espacios, bueno, ya hasta tenemos a un Presidente que hace de la violencia su política de comunicación, gobierno y partido en el poder.
¿ ganaron matando a Donaldo?, no lo sé, pero hay muchos que han lucrado con su muerte y hacen de ello una política de ficción, sin convicción colosista ni proyecto de nación.
Colosio no le pertenece a un Partido ni a un hijo en la política, le pertenece a la política de desarrollo social, a la visión de futuro, a la vocación de servicio, a la exposición valiente de los problemas que vivimos y a la presentación de soluciones sin importar las consecuencias.
Luis Donaldo Colosio Murrieta le pertenece a todos los que están comprometidos con el trabajo y se quitan los reflectores, con los jóvenes que defienden causas y no con los que defienden a sus jefes y sus limitaciones.
Colosio es ruta de trabajo, método de consenso, unidad de propósitos y carácter para mandar al carajo a los simuladores, grillos y protagónicos.
Desde algún lugar de Querétaro a 14 de diciembre del 2021.