¿Definición de crisis de cambio climático? No importa lo que uno haga, las cosas empeoran. ¿Se mueve hacia la derecha? Las cosas empeoran. ¿Se mueve hacia la izquierda o el centro? Las cosas empeoran. ¿Uno no se mueve? Igual, las cosas empeoran. Y lo mejor: empeoran en el espacio y en el tiempo. Lo peor: vamos para atrás…
Existe un consenso entre los estudiosos de la Ciencia Política que afirma que conforme avanza el cambio climático, los diferentes regímenes políticos de los Estados-nación se irán transformando, siendo la democracia la gran perdedora en el proceso.
Imaginemos que un Estado-nación entra en una severa crisis como consecuencia del cambio climático. Una parte interesante de su territorio se lo traga el mar, la temperatura promedio de la primavera y el verano es de 50 grados centígrados y los inviernos registran temperaturas promedio de menos 25 grados centígrados. Hay poco que vender y que comprar en el país. El precio de los vegetales y las frutas se han disparado y la carne de cualquier tipo ya no se consigue. La población de este país se ha reducido en 50% durante los últimos 10 años y ésta dedica el 40% de su tiempo activo en conseguir agua potable.
Bajo las anteriores circunstancias… ¿Quién le va a hacer caso a los políticos? ¿Quién va a seguir pagando impuestos? ¿De qué servirán las fuerzas armadas y la policía? ¿La infraestructura del país seguirá siendo útil por arriba del 50%? ¿Quién irá a la escuela? ¿Qué tipos de escuela existirán? ¿Las grandes y medianas ciudades, seguirán existiendo?
Lo más seguro es que las bandas de criminales organizados sigan existiendo, cubriendo a precios exorbitantes los huecos de poder político y económico dejado atrás por las autoridades formales. Probablemente un mundo más al estilo de Mad Max que al de The Matrix será el que nos dé albergue, un día a la vez.
Pero mientras llegamos al script apocalíptico de arriba, bien vale la pena reflexionar sobre el proceso que nos llevará en el tiempo y el espacio a dicha desdicha. El planeta contemporáneo se llena cada vez más de contradicciones, lo cual quiere decir que la crisis climática sigue creciendo y se generaliza. Por ejemplo, a unos cuantos días que la COP26 sacó sus conclusiones y compromisos para medio intentar lograr evitar que la crisis climática llegue a niveles de extinción de nuestra especie, los Estados Unidos, junto con China, Corea del Sur, Japón y otros, deciden sacar al mercado 50 mil millones de barriles de petróleo para combatir la inflación mundial. Lo cual, cabe aclarar, representa una nueva, buena y flamante dosis de contaminación ambiental a precios accesibles.
Por otra parte, los USA se la pasan presionando a México para que no dé marcha atrás a la reforma de la industria eléctrica de Videgaray y así no inyecte al aire un futuro lleno de sobredosis de contaminación de combustibles fósiles, probablemente así como la que los USA y China están causando con la liberación de reservas de su crudo en el presente. Y luego se anuncia que los USA están armando una super conferencia sobre la democracia, a la cual China no está invitada. A ver… ¿Los USA estiran y jalan para todos lados en el presente y el futuro, sin estrategias claras y ante panoramas poco o nada alentadores de crisis de cambio climático? ¿Pues no que salvan al mundo a cada rato? ¿O de plano la Mickey Mouse Democrachy ya empieza a dar tumbos y la próxima victoria electoral de Trump en el 2024 sería el tiro de gracia al asunto?
Habrá que llamarles a los Pingüinos de Madagascar para que salven al planeta de los elefantes y orangutanes del zoológico… y también de los humanos.
Probablemente países autoritarios como China estén mejor preparados que el occidente democrático para sobrevivir como Estado-nación a las catástrofes climáticas que se avecinan. El gobierno chino acostumbra a evacuar aldeas y pueblos enteros por razones de Estado. Logra la unidad de la sociedad más a la fuerza que por otros medios, sin miramientos y con métodos cero democráticos. Para superar esta crisis ambiental, yo considero que es esencial la unidad del Estado-nación y entre los Estados-nación. Se requiere de acciones coordinadas en el tiempo y en el espacio que involucren no únicamente a sociedades enteras, sino a la especie entera.
Ante esta premisa, la pregunta es: ¿Bajo el liderazgo de quién se llevaría esta titánica labor? ¿O se emplearía un método democrático para trabajar en conjunto? El “inconveniente” de la democracia contemporánea es que tiende a considerar a las minorías con el fin de construir consensos a la hora de pasar a la acción. Y lo que se observa a la fecha poco o nada tiene que ver con la búsqueda de consensos entre todos los Estados-nación del planeta. La estrecha relación de la democracia con el capitalismo es otro problema. ¿Cómo sacar adelante una agenda de acción unida si algunos prefieren seguir ganando dollars a costa del resto del planeta? La democracia tiende a justificar y solapar estas actitudes viscerales contemporáneas.
China ha iniciado una carrera armamentista en la que se plantea ella misma como la potencia mundial por excelencia más allá del 2050, pero no se le visualiza como una potencia líder de la humanidad en términos ecológicos para la misma fecha. Supongo que la idea surge de una profunda desconfianza china ante las potencias occidentales en un mundo donde lo prevaleciente será la escasez de recursos naturales y el razonamiento militar basado en la inteligencia artificial, todo esto en un futuro que está a la vuelta de la esquina.
El método y pensar democráticos no se basan en que el gobierno les dé órdenes a sus ciudadanos con la única opción de cumplirlas, como generalmente sucede en los regímenes autoritarios. La democracia tiene acostumbrados a sus participantes a valorar sus opciones y escoger más o menos en libertad, esto es, escoger entre diferentes opciones de acción. Y esto dificulta de sobremanera el pensar y accionar en unidad. Mientras que en los regímenes autoritarios la unidad se dictamina y se lleva a cabo sin cuestionamientos. Bajo esta lógica, en un escenario de crisis total climática, las sociedades democráticas jugarían en desventaja a comparación de los regímenes autoritarios…
Lo anterior también puede implicar que los Estados-nación democráticos, conforme la crisis climática los maltrata, tenderán a transformarse en Estados-nación semi democráticos, para finalmente hacer a un lado lo democrático del régimen y seguir su rumbo al más puro estilo chino. Esto es… ¿Será China el modelo a seguir, en términos de regímenes políticos, ante lo inevitable de un macro desastre que pegará a la humanidad en el transcurso de los próximos 20-40 años?
Aunque no hay que olvidar que ante la presente crisis, si la solución radica en la unidad de acción, la problemática también radica en la falta de unidad. De la falta de unidad entre todos los Estados-nación del planeta. ¿De qué sirve que un conjunto de Estados-nación actúe en la dirección correcta en términos de estabilidad climática, si otro grupo actúa en la dirección contraria por intereses económicos? ¿En realidad importa el tipo de régimen en este planteamiento? Si la respuesta es no… definitivamente la democracia sale sobrando en el planeta tierra. La democracia estorba.
Acordaos: ¿Definición de crisis de cambio climático? No importa lo que uno haga, las cosas empeoran…