Elementos del Ejército detuvieron otra vez a Rosalinda “N”, esposa de NemesioOseguera Cervantes, “El Mencho”, líder del cártel Nueva Generación.
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la Fiscalía General de la República (FGR) y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) indicaron en un comunicado conjunto que la captura tuvo lugar antier en Zapopan. Aseguraron que se trata de “un golpe significativo para la estructura financiera de la delincuencia organizada”.
“El Mencho” es uno de los capos más buscados por las autoridades. Estados Unidos ha ofrecido una recompensa de 10 millones de dólares por información que conduzca a su arresto y procesamiento.
Rosalinda ya había sido detenida en el mismo municipio en mayo de 2018. Sin embargo, meses después fue liberada tras el pago de una fianza de 1.5 millones de pesos. Se le acusó de llevar a cabo operaciones con recursos de procedencia ilícita, pero sólo se tuvieron elementos para procesarla por lavado.
Mike Vigil, exjefe de operaciones internacionales de la Agencia Antidrogas estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés), dijo que la nueva captura puede tener un impacto “significativo” contra el grupo criminal porque “ella tiene todas las llaves, toda la confianza de ‘El Mencho’, toda la información y era responsable del lavado de dinero del cártel”.
A su juicio, el arresto deja a Oseguera Cervantes más débil porque él gestiona la organización de modo “dictatorial” y basándose en la confianza de sus más cercanos.
Además, la detención llega cuando dos de los hijos de la pareja están detenidos en Estados Unidos: Jessica Johanna Oseguera González, quien fue sentenciada en junio en Washington a dos años y medio de cárcel por su participación en empresas vinculadas con lavado de dinero, y su hermano Rubén, conocido como “El Menchito”, acusado de distribuir grandes cantidades de cocaína y metanfetamina y de delitos vinculados a armas de fuego.
Ante esta situación, Vigil consideró que Rosalinda podría estar interesada en “negociar algún trato” para ayudar a sus hijos. “Es una táctica (de las autoridades), deteniendo a familiares muchas veces hay colaboración y hay negociaciones”, dijo el exfuncionario.