La basura espacial no ha hecho más que aumentar desde 1957. La carrera espacial y la posterior era de los satélites comercial fueron los precursores de lo que algunos catalogan como un desastre.
Todos sabemos que la tecnología espacial ha abierto posibilidades con miles de satélites que actualmente orbitan la Tierra y estos objetos corren el riesgo de convertir el espacio exterior inmediato en un verdadero basurero.
Cada fragmento que orbita la Tierra viaja a 27 400 kilómetros por hora y que toda esa chatarra tiene el potencial de permanecer siglos flotando en la baja órbita terrestre, es fácil imaginar las consecuencias catastróficas a largo plazo.
Para este problema nace ClearSpace 1, un proyecto tecnológico de limpieza de chatarra espacial en la línea de RemoveDebris que mencionamos hace algún tiempo.
Así que por fin se ha firmado un acuerdo con la Agencia Espacial Europea, la misión iniciará en el año 2025 y su objetivo consistirá en retirar un fragmento del cohete Vega lanzado en 2013.
Clearspace 1 lanzará un vehículo con varios brazos mecánicos que abrazarán la pieza en órbita y una vez capturada, se iniciará una maniobra de descenso con el que la nave y la pieza de chatarra se desintegrarán debido a la fricción de la atmósfera.
Para esta misión la ESA invertirá setenta millones de euros en el proyecto y pretende convertirlo en una nueva plataforma para la retirada de objetos de gran tamaño en la órbita baja de la Tierra.
La preocupación viene con los grandes satélites fuera de servicio puedan impactar con pequeños fragmentos que generen una verdadera de nube de chatarra.
Estas estrategias serán esenciales, ya que para el año 2029 se calcula que habrá 57 000 satélites en órbita.
Afortunadamente, a diferencia de procesos de industrialización previos, esta vez contamos con el conocimiento y las herramientas para resolver la situación antes de que la acumulación de basura espacial sea insostenible.
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