maginen lo que sentirían 8 millones de pobres, a los que de repente les digan que no sólo están en la pobreza, sino que deben 3 mil 195 pesos cada uno. Una parte de los mexiquenses son recién nacidos, bebés, niños, adolescentes y jóvenes sin solvencia e independencia económica. Muchos mexiquenses no tienen para organizar una vaquita y pagar la deuda del gobierno estatal. Lo bueno es que el asunto no es así.
Es falso que la deuda disminuya o sea menor porque se divida entre 16.9 millones de mexiquenses, la mitad de ellos pobres y otros con ingresos apenas suficientes para subsistir.
Si la deuda gubernamental percápita existiera, bastaría con decirle a las asalariadas rosas, a los adultos mayores con pensión, a los estudiantes becados y todos aquellos que reciben transferencias monetarias de los programas asistenciales del gobierno, que se les van a retener 3 mil 195 pesos de esos apoyos monetarios que reciben, para pagar la deuda del gobierno del Edoméx de una buena vez. Desde luego, burócratas, empresarios, trabajadores por cuenta, jubilados y pensionados, también aportarían sus 3 mil 195 pesos cada uno. Pero no es así el negocio. La deuda percápita no existe.
El Gobierno del Estado de México debe 54 mil millones de pesos. Ése es el monto de la deuda pública del Edoméx, al 30 de junio de 2021.
La deuda tiene un costo financiero que no guarda relación con la población por el simple hecho de habitar en un lugar. A estados de la república mexicana con la mitad o menos de la población del Estado de México, ojo, les han prestado más.
El negocio es financiero. Los intereses se pagan en función de las tasas que fija el mercado y no en función de los habitantes. Cada año, se tienen que pagar casi 4 mil millones de pesos a capital, casi 4 mil millones de pesos por intereses y alrededor de mil millones más por comisiones y servicios relacionados con la deuda pública adquirida por el gobierno del Estado de México.
En la tabla de gobiernos estatales endeudados, la entidad más endeudada es la Ciudad de México con 84 mil 602 millones de pesos, le sigue Nuevo León que debe 82 mil 907 millones de pesos, en tercer sitio está en Estado de México con 54 mil 344 millones de pesos.
¿Por qué estas entidades con mayor deuda y menor población que el Estado de México no tienen en bancarrota a sus gobiernos pese a deber más y tener menos bocas para alimentar?
¿Por qué no les preocupa su nivel de deuda pública?
Quizá, la capacidad de pago de esos gobiernos estatales está soportada por ingresos suficientes y sostenibles en el corto, mediano y largo plazo. Habrá qué ver.
Quizá su economía está creciendo con tal dinamismo que da para pagar esa deuda y otra mayor.
La deuda consume los ingresos de los gobiernos y deja sin presupuesto otros rubros. En teoría, la deuda se contrata para proyectos estratégicos. Sin embargo, muchos programas y proyectos de gobierno no resuelven nada, muchos son gastos inútiles del gobierno.
En el papel, muchas obras debiesen pagarse por sí mismas entre ellas el trolebús de Chalco y el Mexibús. Otras tienen recuperación mediante las aportaciones de los trabajadores. Otras obras son para brindar servicios gratuitos a la población.
Más o menos deuda, no es el fondo del asunto. Son más importantes la evaluación del destino de los recursos, evaluar el desempeño y manejo para elevar las condiciones de competitividad económica, evaluar la relación entre el costo y su beneficio social, incluso, evaluar su rentabilidad como proyectos autofinanciables y que generen ingresos al gobierno.