Rubén Aguilar Valenzuela
La semana pasada el Congreso de la Unión votó la ley reglamentaria de la revocación de mandato, uno de los elementos propios de la democracia directa.
Pienso que debió aprobarse, pero para aplicarla en el próximo sexenio y no hacer una ley a la medida del interés del presidente López Obrador.
El Congreso le ha regalado un enorme evento de propaganda política, terreno que le gusta y donde se mueve muy bien, que va a costar a los contribuyentes cerca de 4 mil millones de pesos.
La oposición logró algunas modificaciones de último momento, entre ellas un agregado a la pregunta, pero la ley, tal como fue aprobada, tiene más características de ratificación que de revocación de mandato.
Es lo que quería el presidente y Morena. En el futuro habrá que hacer muchas modificaciones a la ley, para que sea un real ejercicio de revocación de mandato.
En los tres años que lleva López Obrador en el cargo, la encuestadora México Elige ha hecho la pregunta: ¿Quieres que el presidente Andrés Manuel López Obrador permanezca o renuncie como presidente?
A partir de las respuestas a esa pregunta ha elaborado el “Índice de Revocación / Ratificación de Mandato a través del tiempo”, que implica nueve mediciones al año. Para este artículo tomo las de enero, junio y septiembre.
En 2019 tuvo un promedio del 60 % que dice permanezca y el 34.3 % que renuncie. En 2020 el promedio es de 53.4 % que dice permanezca y el 42.3 % que renuncie. En 2021 es de 50.5 % que dice permanezca y el 40.0 % que renuncie.
El promedio general de los tres años es que el 54.9 % dice que el presidente debe permanecer y el 36.6 % que debe renunciar. La diferencia es de 18.3 puntos porcentuales.
De acuerdo a esta encuesta la tendencia es que año con año decae el porcentaje de las personas que dicen que el presidente permanezca y crece el que dice debe renunciar.
El presidente y Morena van a hacer todo lo que esté a su alcance, para en este ejercicio de propaganda política, vaya el mayor número de personas a votar por que le presidente sea ratificado.
La oposición, de cara a estos números, debe considerar en serio hacer lo mismo e invitar a las personas a votar porque el presidente no permanezca en el cargo.
Es prácticamente imposible que vote el 40 %, en torno a 40 millones de personas, para que la consulta sea vinculante. De antemano se puede decir que el presidente permanecerá en su cargo.
Pero de cara a la elección de 2024 no es lo mismo si el presidente sale muy parejo o incluso pierde la revocación de mandato, que si solo votan los suyos. En ese caso al día siguiente saldrá a decir que la gran mayoría de la población lo ratificó.
La consulta de ratificación-revocación de mandato, que tendrá lugar en marzo o abril del próximo año, solo adquiere sentido en el horizonte de la elección presidencial del 2024. El presidente con ella comienza la campaña electoral. ¿Qué hará la oposición?
Twitter: @RubenAguilar