Desde el primer momento en que tomé posesión como rector de la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP), subrayé mi compromiso por garantizar que la vida de la comunidad universitaria transcurriera de la forma más normal y estable posible. Hoy, pese al conflicto jurídico prevaleciente, la UDLAP está en marcha y trabaja de manera habitual. Se han garantizado los pagos a maestros, personal administrativo y trabajadores. También, desde el pasado 9 de agosto, se logró el regreso ordenado a clases en línea.
Con la finalidad de procurar la seguridad sanitaria de la comunidad, debido a la pandemia del COVID-19 y en coordinación con las autoridades educativas, el campus universitario permanece cerrado desde el 2020. En este contexto, derivado de una resolución del Poder Judicial, el nuevo patronato ha mantenido la posesión de las instalaciones. Es totalmente falso que exista disposición de autoridad alguna en la cual se establezca regresar dicho inmueble al antiguo patronato.
Desde que asumimos esta responsabilidad, hemos permitido en todo momento el acceso a las personas que dan mantenimiento a las instalaciones, laboratorios, talleres, así como servicios de agua y energía. Recientemente hemos reiterado al personal a cargo que realice las labores de jardinería que inexplicable e injustificadamente han mostrado retrasos y deficiencias.
El patronato que me otorgó el nombramiento, me ha reiterado su compromiso por brindar todas las facilidades para garantizar el regreso a clases presenciales. En encuentros con diversos grupos de alumnos y maestros, especialmente aquellos que en sus últimos semestres requieren realizar prácticas y emplear los laboratorios, he escuchado su preocupación por que lo más pronto posible regresemos a clases en el formato híbrido, de manera gradual y voluntaria. Atender su reclamo es una prioridad.
Por ello convoco a todos los involucrados a que trabajemos juntos para proyectar que el regreso a clases presenciales se realice con seguridad sanitaria, de forma ordenada, armónica y eficiente, en beneficio de toda la comunidad que así lo ha solicitado. Ofrezco toda la disposición para coordinarnos.
Estoy consciente de que hay aprecio por parte de la comunidad universitaria hacia varias personas que hoy están cuestionadas publicamente. Por eso quiero reiterar que, por decisión personal me mantendré al margen de los procedimientos legales que prevalecen alrededor de quienes trabajaron en la UDLAP.
Desafortunadamente, algunos funcionarios cercanos a las autoridades anteriores no han mantenido la actitud imparcial que hoy requiere la institución. A partir del manejo de las redes sociales oficiales y de los mecanismos de comunicación interna de la UDLAP, han actuado con poca ética. En lugar de asumir una posición neutral que garantice a la comunidad universitaria una visión integral del proceso, han preferido defender la posición de solo una de las partes, compartiendo información incompleta y sesgada. De igual forma, en diversas reuniones que he sostenido con alumnos, maestros y trabajadores, me han hecho saber que prevalece la intención de desinformarlos e incluso infringirles miedo. No debemos solapar estas actitudes.
Dado que parte del conflicto aún se encuentra en tribunales, la buena disposición de todos los involucrados es indispensable para evitar que se empañe el sano desenvolvimiento de la vida universitaria. Estoy convencido de que el diálogo y la transparencia, ayudan a tener claridad sobre las dimensiones del conflicto jurídico, evitan que éste interfiera en las actividades cotidianas, eliminando los prejuicios que algunos pretenden sembrar.
Hago un llamado a que establezcamos un grupo de trabajo que garantice todas las condiciones, para un regreso al campus que cumpla con los más altos estándares de seguridad para todos. La prioridad de dicho grupo será: primero, brindar los protocolos de actuación para un regreso responsable a las clases presenciales. En segundo lugar, transparentar ante la comunidad, los procedimientos que mantengan, pase lo que pase, la certidumbre en los pagos de nómina, la continuidad laboral, las becas, los convenios internacionales y los procesos de titulación.
Respeto y admiro a esta gran institución, por ello enfatizo mi compromiso para alcanzar un diálogo transparente con todos aquellos que quieran sumarse. Con trabajo y colaboración, no solo lograremos como hasta hoy, que las actividades continúen con normalidad, sino que mantendremos la excelencia académica que le ha dado sello nacional e internacional a la Universidad de las Américas Puebla.