El Samsung Galaxy Z Fold3 ofrece un panel Dynamic AMOLED 2X de 7,6 pulgadas a una resolución de 2208 x 1760p 120 Hz que, para que negarlo, se ve rodeada por unos generosos marcos negros.
Una vez cerrado, tenemos acceso a una pantalla HD+ de 2268 x 832p de 6,2″ @ 120 Hz protegida por el laminado Gorilla Glass Victus. Ambas cobran vida mediante el SoC Snapdragon 888 acompañado de 12 GB de memoria RAM LPDDR5.
Un punto muy negativo lo veremos en el apartado fotográfico, pues no hay diferencias respecto a su predecesor con un sensor principal, ultra gran angular y teleobjetivo de 12+12+12 megapíxeles, es más, uno de los sensores usados es idéntico al encontrado en el Galaxy Note9 lanzado en el año 2018.
Todo ello va embutido en un chasis de “Armadura de aluminio” que promete una mayor resistencia respecto a cualquier otro dispositivo fabricado por aluminio, mientras que la pantalla interna también ha recibido una nueva pantalla de protección para resistir mejor el paso del tiempo, y el certificado IP68 promete su resistencia al agua.
Todo ello se alimenta por medio de una ajustada batería de 4400 mAh (100 mAh menos que el Fold2) con una carga rápida de sólo 25W u 11W de forma inalámbrica. El terminal no ofrece ningún hueco para el S Pen, la cámara selfie es de 4 megapíxeles y se esconde bajo la pantalla (10 MP al plegar el terminal), y sabemos que sale a la venta a un precio de partida de 1.809 euros para el modelo más básico con 256 GB de capacidad, un precio absurdo para lo que ofrece.
