Por Gustavo Cano
En lo personal me cae bien el Samy Boy. Definitivamente forma parte de una nueva generación de políticos, más o menos millennials, con harta enjundia, ambición y manejo magistral del futuro propio. Hasta donde yo capto, en la historia de México, sólo Carlos Salinas y Porfirio Díaz se mostraron tan proactivos desde la temprana juventud.
El futuro gobernador de Nuevo León pinta como todo un personaje fuera de serie en la política mexicana. Hasta donde yo capto, en la historia de México, sólo Vicente Fox y López Obrador han proyectado tantas y tan grandes expectativas entre sus allegados, empezando por los habitantes de su casa.
Samy Boy le echa ganas y durante su campaña política para gobernador es cuando más y mejor se ha dado a conocer, aunque yo digo que esto apenas comienza, como con Juárez en 1857… De entrada, se convierte en senador de la República desde chavito, con un partido político (el Movimiento Ciudadano) que perfectamente se adapta a las personalidades de sus candidatos, ya sean de chile, de dulce o de manteca.
Luego se lanza para gobernador de Nuevo León. Y ahí se desatan cosas, personalidades e inercias, mismas que en política lo es casi todo, con o sin internet y redes sociales, pues. De entrada, se relaciona a su familia con uno que otro patrón de por allá en el norte del país. Aunque esto, en caso de ser cierto, pues es peccata minuta, ya que en la política mexicana contemporánea difícilmente un político puede triunfar y mantener su carrera política, sin un patrón-padrino atrás o a los lados. Aquí no aplica esa de que “lo que mal empieza, mal acaba”, al contrario, en la política mexicana el que mal empieza, feliz la goza. Pero hagamos eso a un lado, ya que en la política mexicana eso más bien juega a favor.
Pero antes de pasar a ver lo que hace o no hace el Samy Boy en las arenas electorales, definitivamente habrá que repasar el medio en el que se gestó su idiosincrasia. Monterrey es una ciudad muy importante para el país en todos los terrenos imaginables. El estudio de su cultura es fascinante, por decir lo menos. Desde sus raíces judías culinarias hasta una sólida proyección económica internacional, Monterrey construye su destino día a día, de forma creativa y a fuerza de voluntad, más que de palabras.
Aclaro que no es sencillo elucidar culturalmente sobre cualquier ciudad del mundo, pero considero este ejercicio intelectual como necesario para tratar de entender de donde viene y hacia dónde va el Chavo Samy en el terreno político, en términos de poder. En otras palabras, es imposible entender a un político sin entender más o menos de qué se trata la sociedad a la que pertenece.
En Monterrey generalmente son muy cuidadosos con los recursos, eso es muy positivo aunque a veces resulte un poco asfixiante. También todo mundo trabaja muy fuerte, nunca le saca a las patadas laborales y es mal visto pedir aumento de sueldo así nomás porque sí. Así como trabaja, el regio también le entra fuerte a las bebidas alcohólicas, generalmente. Entonces, semana tras semana, chupe y jale son las reglas de oro en Monterrey. No todo mundo le entra a lo primero, pero la mayor parte lo hace. El arquetipo mucho-macho es dominante en la sociedad regia, los hombres se la pasan albureando a las mujeres sin empacho alguno y las madres se la pasan dándole tips a las hijas de cómo hacerle para amarrar al marido y manipularlo de manera subrepticia. Aunque, para ser justos, este arquetipo es más bien de corte nacional y no exclusivo de la sociedad regia. La homofobia es también un fuerte distintivo de este tipo de sociedades.
Monterrey es una ciudad profundamente clasista. Los hay de la alta, la media y la baja, en términos de clases sociales. Los de la clase alta, generalmente se dividen en gente con billetes de alcurnia y los que se comportan como nuevos ricos, aunque sean o no gente de billetes de alcurnia. Los hay cultos y los hay profundamente ignorantes. En la clase alta no nada más hay ricos, sino que también los hay poderosos en términos políticos. El mejor de los mundos en Monterrey es ser rico y políticamente poderoso, lo culto como quiera que sea, pero siempre ayuda. Samy Boy pertenece a la clase alta, de la rica y poderosa. Su doctorado de corte patito no le da muchos puntos en el aspecto cultural que aquí expongo, pero como quiera que sea, ahí la lleva.
El regio poderoso en terrenos económicos considera a Houston como un punto de referencia esencial para saber si la está haciendo o no en los negocios. Texas es un modelo a seguir y están bastante familiarizados con la manera de pensar del texano blanco. Al considerar a las ciudades texanas como su principal competencia en los negocios, están asegurando que, independientemente si les va bien o mal en los business, aprenden a negociar con los del primer mundo y eso se capitaliza bastante bien conforme van desarrollando los negocios propios a través del tiempo. Al igual que Sammy, los ricos y poderosos regios admiran a Texas. Time is money, pues. La felicidad se mide en función de lo que tienes y no en función de quién eres. Por eso cuando te presentan con alguien que se considera de la clase alta regia, lo primero que te preguntan es en qué colonia vives. De tu respuesta dependerá si les conviene cultivarte como amistad o no.
Y bueno… el buen Samy Boy no sería quien es en la política sin su esposa Mariana. Lo cual no es muy común en la sociedad regia. Mujeres regias casadas, inteligentes, proactivas y astutas siempre han existido, lo que llama la atención es su nivel de exposición, prácticamente a la par de su marido. Mariana ha sabido muy bien llevar el marketing de las redes sociales al terreno de la campaña política contemporánea. Como buena influencer que es, ha sabido muy bien vender a su marido en las redes. Incluso en situaciones tan ridículas y embarazosas como su vergonzoso desplante machista donde le ordena a Mariana que se tape las piernas en una transmisión en vivo. Le dice que él no se casó con ella para que ande enseñando las piernas, mientras truena la boca comiendo algo. Bueno, mediante una sistemática ridiculización de situaciones, ahora sí, actuadas, donde expone a su marido como una persona no muy inteligente que digamos, consigue que la gente le de click y click a su canal de influencer y hasta se da el lujo de tirarlo de a lucas en el famoso clip donde lo ignora y muestra a sus fans sus tenis fosforescentes con las legendarias palabras: ¡Fosfo! ¡Fosfo! Poco tiempo después, logra persuadir a sus fans que voten por su marido y éste se levanta de entre los muertos en las encuestas y gana las elecciones para gobernador…
No en vano la prensa internacional es de Mariana de quien habla y también asegura dicha prensa que ella tiene un brillante futuro si decide dedicarse al marketing político.
Samy Boy, por su parte, después de las elecciones ya dio claras señales sobre sus propósitos primordiales como gobernador: controlar al Movimiento Ciudadano mediante un liderazgo desatrancado y aliarse con Texas. Aparentemente ha habido un distanciamiento equis con Mariana, mismo que se intenta negar a toda costa, después de todo la elección ya se acabó y ahorita es el momento de hacer alta política, misma que no necesita difusión masiva de ningún tipo y mucho menos airarse en las redes sociales.
De todas formas, los retos de Samy son muy interesantes. Primero, debe hacer a un lado su intrínseco machismo, ya que eso le traería muchos problemas no con Nuevo León, sino con su esposa. Segundo, debe concebir qué va a hacer con su esposa. O si queremos ejercer modernidad con este razonamiento, debe platicar con su esposa sobre cuál va a ser su papel como primera dama de Nuevo León. Dudo bastante que Mariana se quede todos los días en casita a cocinarle delicias norteñas y a destaparle las cervezas; o en el mejor de los casos, que aparezca frecuentemente en la foto como la funcionaria #1 del DIF estatal. Tercero, ¿qué diablos va a hacer con el gobernador de Jalisco, el líder del Movimiento Ciudadano a nivel nacional y con el alcalde electo de Monterrey? ¿Los podrá persuadir de que él es la mejor opción para la presidencial del 2024? ¿Podrá hacer equipo con Mariana a este respecto? Cuarto, ¿Hasta qué grado podrá controlarse a sí mismo y concentrarse para que pueda verdaderamente jugar un juego de ajedrez de alto nivel político, con miras a ejercer poder sin necesariamente pasar por la presidencia del país?
Si Samy no se aloca, aprende las artes de la alta política y establece una relación de sana distancia con Texas (Samy, instituciones serias que estudian la educación estadounidense ubican al sistema de educación texano entre los lugares #33 y #43 entre los 50 estados de la Unión, para el periodo 2019-2020, y ciertamente no es el mejor…), con mucho gusto cuenta con mi voto allá por el 2042. En relación a Mariana, en estos días el Instituto Nacional Electoral (INE) multó a Samy Boy con 55 millones de pesos, por todo el valor de las fotos y acciones en línea de Mariana como influencer durante la campaña electoral del ahora gobernador electo. La pareja puso el grito en el cielo, se ofendió y dijo toda una letanía de razones y contrarrazones sobre la acción del INE. Nadie le va a quitar la gubernatura a Samy, pero los regios de ley saben muy bien que lo que duele es pagar la multa…