Marco A. Rodríguez Blasquez.
Producto de los resultados en la pasada votación del 6 de junio, el Presidente AMLO, ha enfocado sus baterías hacia la franja de votantes que comprende la clase media, señalando a quienes la integran de ser los responsables de los fracasos de MORENA en distintas partes del país, argumentando que representa un sector muy individualista, aspiracionista y que quiere ser como los de arriba.
La importancia de la clase media en el escenario político nacional, ha sido determinante y fue durante el gobierno de Avila Camacho, que el Partido de la Revolución Mexicana, ahora PRI, constituyera La Confederación Nacional de Organizaciones Populares, con el propósito de incluir a sectores de la clase media, entre los que se encontraban sindicatos, intelectuales, comerciantes, profesionistas, mujeres, jóvenes y trabajadores no asalariados.
En la historia moderna, la clase media ha sido protagonista de distintos cambios. Para Daniel Cosio Villegas, en la década de los setentas, la clase media tenía una influencia que nunca antes había tenido, pudiendo afirmarse que los principales resortes de la vida del país como son, económicos, políticos, sociales y culturales, oficiales y privados, estaban en poder de una clase media de formación reciente pero ya bien constituida.
Lo anterior nos lleva a reflexionar, que la aportación de la clase media ha sido determinante en los cambios políticos y económicos que ha experimentado el país. El Indice de Desarrollo Social de Evalúa Ciudad de México, señala que la clase media es aquella que tiene ingresos para satisfacer necesidades de salud, educación, seguridad social, teléfono, combustible, servicio eléctrico.
Y así como ha venido consolidado su presencia en la vida nacional, simultáneamente han surgido al interior de ella nuevas formas de organización, destacando la acción colectiva como estrategia para hacer llegar las demandas al gobierno, y ser propulsora de cambios trascendentes.
En la pasada elección se observó una muy importante participación de los jóvenes, que en la lista nominal nacional representan el 30 %, lo que significa 25 millones entre 18 y 29 años de edad, y cuya participación en la pasada elección el emitir su voto fue determinante. El 48% de los jóvenes menores de 29 años, con estudios universitarios en 2018 votaron por MORENA y sus aliados y en la elección de 2021, votó el 33 %, 15 puntos porcentuales menos.
Es importante destacar en la pasada jornada electoral, que además de votar en contra de MORENA sectores representativos de la clase media como los pequeños y medianos empresarios que no han recibido apoyo durante la pandemia, los académicos y científicos a quienes redujeron el apoyo económico al ser eliminados distintos fideicomisos del CONACYT, y el haber relegado el movimiento de las mujeres, así como continuar con la realización de las obras emblemáticas de este gobierno, en estas elecciones intermedias fue decisiva la participación de los jóvenes quienes con su sufragio también manifestaron su desilusión con la 4T.
El costo político para Morena en la capital del país, que desde el año de 1997 obtuvo el triunfo con el PRD y Cuauhtémoc Cárdenas como candidato, y más adelante en 2015 llegó Morena, partido político al que los capitalinos le refrendaron su confianza en las elecciones Presidenciales de 2018, ante la nueva realidad política de la CDMX, difícilmente MORENA podrá revertir en el mediano plazo el descontento expresado en las urnas.
Esta inconformidad se replicó en municipios del Estado de México, ubicados en el Valle de Toluca y Valle de México, pero a diferencia de lo sucedido en la capital del país, en esta Entidad Federativa, si hubo un ganador, que fue el gobernador del Mazo, quien con los resultados obtenidos en las urnas acrecienta su capital político.
Director de BGC Consultoría Estratégica.