La tragedia del metro de Ciudad de México ha vuelto a sacudir al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador. El presidente adelantó este lunes que el peritaje sobre el derrumbe de un tramo elevado de la Línea 12, que dejó 26 personas muertas y decenas heridas el pasado 3 de mayo, se presentará esta semana.
El informe de ingeniera forense será clave en el reparto de responsabilidades de las tres últimas Administraciones de la capital por el colapso: la del ahora senador opositor Miguel Ángel Mancera y las de dos de los principales aspirantes en la carrera por la sucesión presidencial, Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum.
En un último tramo antes de conocer los resultados que ha estado marcado por las filtraciones y los golpes detrás de bambalinas, el mandatario ha asegurado que no hay fracturas en el bloque gobernante y ha culpado a los medios de comunicación del forcejeo político. “Quieren poner a pelear a Marcelo y a Claudia”, dijo López Obrador, “apuestan a que nos fraccionemos, pero se van a quedar con las ganas”.
Sheinbaum confirmó que los resultados estarán listos esta semana, aunque no detalló qué día. La jefa de Gobierno dijo que aún no conoce el contenido del documento, pero adelantó que se presentarán las conclusiones en tres dictámenes técnicos. “El interés primordial son las víctimas y que se conozca la verdad en honor a las víctimas”, dijo Sheinbaum y agregó que se prepara también la reanudación del servicio en la Línea 12 con las precauciones necesarias para que un siniestro como este no vuelva a ocurrir. “Mi relación con él [Ebrard] es muy buena y para mí este no es un tema político”, zanjó la mandataria y repitió varias veces que no quería caer en confrontaciones ante la insistencia de la prensa.
Las declaraciones del presidente y de Sheinbaum se producen un par de días después de que The New York Times publicara un extenso reportaje que apuntaba a fallos en la construcción y a prisas para llegar a la inauguración de la obra en octubre de 2012, a casi un mes de que concluyera el mandato de Ebrard en la capital, como principales causas del derrumbe. La investigación señala como responsables al actual titular de Relaciones Exteriores y al consorcio constructor, compuesto por ICA, Alstom y Grupo Carso, del magnate Carlos Slim. El canciller se defendió. En una carta de 15 páginas, Ebrard escribió que sus respuestas no fueron consideradas e insistió que Mancera, el principal culpable de acuerdo con Morena, el partido gobernante, no ha aclarado el mantenimiento que dio a la línea. En opinión de su círculo cercano, la red se entregó en óptimas condiciones y fue la falta de mantenimiento la que provocó su declive.
La respuesta de Sheinbaum sorprendió en las redes sociales. “Aclaro categórica que nunca hemos utilizado filtraciones periodísticas para informar o hacer nuestro trabajo”, dijo la jefa de Gobierno, pese a que nadie la había acusado públicamente de filtrar información. “¿Habría que preguntarse qué intereses no esclarecidos están detrás de este artículo?”, cuestionó la mandataria. Pese a que antes de asumir el poder se hacía eco de las críticas a su predecesor desde el extranjero, la premisa de López Obrador en su última conferencia de prensa ha sido similar a la de Sheinbaum: que existe una estrategia de medios nacionales e internacionales para desestabilizar al Gobierno para “sacar raja política” con “sensacionalismo”. Con todo, el presidente reconoció que hubo una filtración y dijo que en el país “hay libertades” para “decir cualquier cosa”.
Al mantra de la conspiración de la oposición para manchar su Administración, el Gobierno ha sumado el exhorto a esperar por los resultados de los peritajes. El informe técnico fue comisionado a la empresa noruega Det Norske Veritas, que lo ha preparado a la par de una investigación de la Fiscalía de Ciudad de México y con información que mutuamente han compartido, por lo que no debe haber diferencias considerables entre ambas pesquisas. Los resultados periciales estaban previstos para principios o, a más tardar, mediados de junio, tan solo unos días después de las elecciones intermedias del pasado 6 de junio. Tras los comicios, la oposición se quedó con más de la mitad de las Alcaldías de la capital que estaban en juego.