Uno de los más grandes estragos provocado por el SAS-CoV-2, es la crisis económica derivada de las medidas restrictivas actividades y cierre de comercios no esenciales, que significó para un país en vías de desarrollo como México, graves afectaciones principalmente en el comercio interior, las microempresas, el sector turístico y en materia laboral, donde según datos oficiales se perdieron alrededor de 12 millones de empleos formales.
En ese sentido, se originó un reclamo social generalizado, donde a pesar del grave peligro de contagio y la incierta vacunación, se comenzó a ejercer presión a todos los órdenes de gobierno pera el levantamiento de las medidas restrictivas, para estar en posibilidades de generar ingresos; aunado a ello, el sector empresarial comenzó a exigir la reapertura de sus comercios e incentivos fiscales para poder superar la crisis, donde inclusive a nivel macroempresarial se amenazó con el retiro de inversiones de nuestro país; situación reprochable, pero comprensible por la inestabilidad económica mundial.
En el contexto internacional diversas farmacéuticas y universidades, comenzaron a trabajar una vacuna esperanza de la humanidad, consiguiéndola con alto porcentaje de efectividad; momento que el Gobierno de México aprovechó para negociar con varias productoras, el envío de vacunas previa aprobación de la OMS y el aval de la COFEPRIS; concretándose la compra de diversas vacunas, dependiendo únicamente de la disponibilidad para comenzar con la inoculación de la población mexicana.
Ya con las primeras dosis en territorio nacional (23/12/2020), el Gobierno Federal emitió el 11 de enero de 2021 la Política Nacional de Vacunación contra el virus SARS-CoV-2, para la prevención de la COVID-19 en México. Estrategia que plantea la vacunación de la totalidad de la población para marzo del 2022, que pareciera muy lejano, más aun tomando en cuenta el periodo de efectividad promedio de cada variantes de la vacuna; sin embargo, fue realizada tomando en consideración del suministro del inmunizante, dependiente de la capacidad de producción de las empresas.
No obstante, el panorama actual parece prometedor, tomando en cuenta el promedio diario de vacunas aplicadas que es de un millón, la posible llegada de 80 millones de dosis las próximas semanas, estimando que en septiembre la población mayor de 30 años ya estaría vacunada, junto con el personal de salud, maestros servidores públicos en la primera línea de defensa y mujeres embarazadas; permitiendo así, ampliar la apertura gradual de actividades y una reapertura total a más tardar en diciembre de este año.
Como estrategia extraordinaria para revivir el sector turístico del país, por ser un pilar de la economía nacional, se plantea inoculación priorizada en los principales destinos turísticos, en suma al convenio de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes de México con la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos, que permitirá acreditar la seguridad nacional en materia de aviación, son la principal apuesta del Gobierno.
Sin duda un inminente respiro para las preocupaciones sociales generalizadas, ansiosas de regresar a sus actividades cotidianas para la generación de ingresos, con el compromiso de sujetarse a las reglas de una nueva normalidad, que lograrán la reactivación económica interna, a la par de un reposicionamiento de México en la competitividad internacional; restando como gran preocupación le inoculación del futuro de nuestro país, nuestro jóvenes y niños, dejando un gran compromiso a los Gobernantes de nuestro País.