Dos personas murieron y al menos 30 más resultaron heridas en tiroteos masivos registrados durante la noche del viernes en tres estados de Estados Unidos, lo que avivó preocupaciones de que una agudización de actos violentos con armas de fuego en el país se extienda al verano al tiempo que se relajan las restricciones por la pandemia del coronavirus y más personas tienen permiso para socializar.
Los ataque sucedieron la noche del viernes y la madrugada del sábado en Austin, la capital de Texas, Chicago y Savannah, Georgia.
En Austin, las autoridades anunciaron el arresto de uno de los dos hombres sospechosos y la búsqueda del otro tras una balacera que se desató a primeras horas del sábado en una concurrida calle peatonal llena de bares y restaurantes ubicada en el centro de la ciudad. Catorce personas resultaron heridas, dos de ellas graves. en el tiroteo, que el jefe interino de la policía cree que inició como una disputa entre dos grupos de personas.
Para la noche del sábado, aún no había reportes de arrestos en los otros dos tiroteos.
En Chicago, una mujer murió y otras nueve personas fueron heridas cuando dos hombres abrieron fuego contra un grupo parado en una acera en el barrio de Chatham en la zona sur de la ciudad. Los agresores también huyeron y para la noche del sábado aún no habían sido identificados.
En Savannah, ciudad del sur de Georgia, la policía indicó que un hombre fue asesinado y otras siete terminaron heridas en un tiroteo masivo la noche del viernes, según la policía. Dos de los heridos son menores de edad —de 18 meses de nacido y de 13 años.
El jefe de la policía de Savannah, Roy Minter, Jr., dijo que el incidente podría estar relacionado con una disputa en curso entre dos grupos, citando reportes de disparos en el mismo complejo de apartamentos a inicios de esta semana.
“Resulta muy perturbador lo que hemos estado viendo en todo el país y el nivel de violencia con armas de fuego que estamos viendo en todo el país”, dijo a los reporteros el sábado. “Es perturbador y no tiene sentido”.
Los incidentes suceden en medio de un relajamiento de las restricciones impuestas a raíz de la pandemia de COVID-19 en gran parte del país, incluyendo Chicago, que levantó muchas de las salvaguardas restantes el viernes.
Muchos esperaban que el aumento de tiroteos y homicidios en Estados Unidos del año pasado fuera una anormalidad causada quizá por el estrés relacionado con la pandemia, el alza de la posesión de armas de fuego y el debate sobre la conducta policial. Pero tales índices siguen más altos que los registrados en épocas previas a la pandemia, incluso en ciudades cuyas autoridades se negaron a recortar los fondos para la policía después de la muerte del afroestadounidense George Floyd a manos de un policía blanco y en las ciudades que realizaron recortes modestos.