Tras la detención del escritor y poeta venezolano Rafael Rattia, PEN Internacional lanzó un llamado de alerta sobre la situación de escritores, periodistas e intelectuales en el país gobernado por Nicolás Maduro. Rattia, de 60 años, había publicado un artículo de opinión en el diario El Nacional, titulado “El maestro millonario”, referido al ministro de Educación Aristóbulo Istúriz, que falleció el 27 de abril a los 74 años. “Siendo ministro y gobernador sus propios allegados, molestos con su conducta non sanctas en materia de peculado doloso en provecho propio y concusión en materia de manejo irregular del patrimonio público, publicaron fotos en redes sociales de un lujoso yate anclado en costas caribeñas de Pequeña Venezia”, escribió Rattia en un obituario poco elogioso del exministro.
Horas después, funcionarios de seguridad del Estado venezolano allanaron la vivienda de Rattia y decomisaron una computadora, los celulares de él y de su esposa y cajas de libros, entre otros artículos. Posteriormente, fue detenido por la policía e imputado del delito de “instigación al odio”. La semana pasada un tribunal del estado de Monagas dictó la libertad condicional para el escritor.
La primera denuncia sobre la detención del poeta de 60 años fue hecha por la diputada María Hernández del Castillo. También la ONG Provea había exigido la liberación del intelectual, que se concedió ayer en carácter de condicional, con la prohibición de salir del país. Rattia es un historiador egresado de la Universidad de Los Andes, fue director y fundador del Archivo Histórico del Delta, director de la Biblioteca Pública Central Andrés Eloy Blanco y coordinador de Actividades Literarias del Ateneo Internacional de Fronteras Casa de las Aguas.
Su caso se asemeja al de la escritora Milagros Mata Gil, que fue detenida junto con su esposo, el poeta Juan Manuel Muñoz, en el estado de Anzoátegui, el 1° de abril. Ella, de 70 años, había publicado un texto irónico en Facebook sobre una fiesta clandestina realizada el 22 de marzo, a la que había asistido Tarek William Saab, el fiscal general de Venezuela. Aunque la pareja de escritores fue liberada bajo medidas cautelares de presentación cada treinta días ante tribunales, su abogado señaló que les habían confiscado “temporalmente” los celulares. Muñoz y Mata -que integra la Academia Venezolana de la Lengua- fueron procesados por “instigación al odio”.
Tanto Rattia, que estuvo detenido dos días, como Mata Gil y Muñoz fueron acusados por la llamada “ley del odio”, sancionada en Venezuela en 2017 y que promueve el castigo para quien “fomente, promueva o incite el odio”. Los críticos del gobierno de Maduro son víctimas recurrentes de esa legislación.