Daniel Valdez García
La Educación y la cultura son como un templo del saber se crece, se madura y se desarrollan las personas asumiendo el protagonismo propio de su tiempo. Con estos sencillos artículos les propongo ir a las raíces, volver a las fuentes y ser líderes inspiradores.
Así que comienzo por afirmar que bien podemos decir que la política es tan antigua como la humanidad misma, porque cuando el ser humano comienza a organizarse de manera natural por consanguinidad, que le llamaríamos fermento de la familia y base de la sociedad, así los grupos se van ir aglutinando y van a ir teniendo necesidad de alguien que los organice y los coordine, así de sencillo surge el espíritu y servicio de gobernar.
Dicho proceso fue evolutivo, lento, progresivo y gradual. Cada grupo humano tuvo sus propias características para llevar a cabo lo que se llamará un día el arte de gobernar. En algunos casos, de manera natural, como sucede con la experiencia de la gestación humana se dio siguiendo las leyes de sobrevivencia con referencia al más fuerte. Vale la pena aclarar que los seres humanos prehistóricos no alcanzaban edad más allá de los 15 18 años, como nos muestran las evidencias de vestigios arqueológicos en restos humanos y pinturas rupestres.
Esa función de gobernar se fue rodeando de cierta mística y así se dio la unión a la función chamánica-sacerdotal tras el liderazgo, después se desarrolló la necesaria destreza y habilidad de la defensa ante la crudeza de la naturaleza y posterior a la violencia humana surgen los jefes guerreros.
Sé que esto está dicho a grosso modo, tampoco es una conferencia magistral, sino de sensibilizar y concientizar para sumar y aportar.
Continuo, las sociedades evolucionan entre mística, magia y defensa protegiendo a quien hace de cabeza de la comunidad, llegando a coronar sus cabezas dando inicio a los llamados reyes tribales de quienes saldrían las dinastías entre guerreras y gobernantes que tenían a su servicio sabios, chamanes y guerreros. Dándose así la personalidad corporativa en monarquías y nacerán los pueblos de los cuales surgirán ciudades, y de éstas aglutinadas se originan las naciones.
Conclusión: Es la humanidad en su más ancestral esquema de familia y comunidad de las que surge el arte y servicio de gobernar en orden al bien común. No es la religión, ni el poder ni el poseer de dónde surgió la más ancestral experiencia de política o noble vocación de servir al bien común, para que la familia y la sociedad transiten por los caminos del progreso, la justicia y la paz. Por incipiente y simple que parezca la naturaleza y el origen de la política es eminentemente humana y para el bien de la familia y la sociedad.
Espero que les haya resultado de interés y les aporte a su bagaje cultural contribuyendo a sensibilizar y concientizar sobre la noble vocación de buscar el bien común. Siéntense en libertad de compartir estos artículos respetando mi autoría.