Araceli Fuerte Carbajal
El periódico parisino « 20 minutes » escribió una noticia intitulada « La decisión debe de ser colectiva » refiriéndose a una decisión que debería ser tomada por EE.UU y los Estados europeos acerca de quitar las patentes a las vacunas contra el COVID 19.
La noticia relata que el médico y epidemiólogo francés, Martin Blachier analiza la inquietud de los laboratorios y la industria farmacéutica por el anunció hecho por Joe Biden en EE.UU a favor de levantar las patentes de las vacunas anti-covid19. Temática que toca directamente los derechos de propiedad intelectual de las farmacéuticas. El presidente francés Emmanuel Macron se dijo favorable a esta decisión aunque después dijo que discutir sobre los derechos de propiedad intelectual de las farmacéuticas, «es un falso debate» y que EE.UU debería poner fin a la prohibición de las exportaciones de vacunas y de los componentes para su fabricación. El 100% de las vacunas producidas en los Estados Unidos son para el mercado estadounidense.
Esta situación ejemplifica las ideas progresistas de Joe Biden. Quien fuera el vicepresidente en la administración de Barack Obama, es ahora percibido como progresista porque busca situar al Estado Federal en un enfoque asistencialista.
El presidente estadounidense busca crear programas sociales para reforzar las ayudas directas en las familias. El electorado es mas favorable a que el Estado intervenga y de acuerdo a los estrategas demócratas ; estas ideas progresistas se anuncian sin que el electorado centrista se sienta amenazado. Biden propone un plan de relanzamiento de 1,900 billones de dólares, centrando mucha importancia en vacunar y en expandir las ayudas relacionadas con la crisis del COVID-19.
Tomando en cuenta una equidad racial y étnica en la administración de las vacunas, Joe Biden muestra su buena voluntad progresista aunque podría ser contraproducente porque él no encarna al partido demócrata, lo cual hace que cumplir sus promesas de campaña sea imprescindible para no perder al electorado que vota por ellos desde que Obama llegó a la presidencia. Habrá que aguardar más tiempo a que la crisis de la pandemia por el COVID-19 se atenué para apercibir que medidas la administración de Biden tomará en cuanto a la inmigración, la reglamentación de armas de fuego y la reforma de la policía. Temáticas que siguen siendo vigentes, la Cámara de los representantes adoptó dos proyectos de ley que deberían regularizar a 4.5 millones de los 11 millones de personas que viven ilegalmente en EE.UU.
El « Wall Street Journal » sostiene que el contrapunto de la política de asistencia dejaría a la clase media « enganchada» a las subvenciones del Estado Federal ; alimentando a los estadounidenses de la cuna a la tumba. El objetivo es desarrollar un Estado providencia de manera que los estadounidenses dependan de los poderes públicos y de la clase política en todos los ámbitos y donde no intervienen aún. Estiman que el Estado providencia desprecia la dignidad del trabajo.
La administración de Joe Biden desea acelerar la producción y la distribución de las vacunas anti Covid a nivel mundial.
¿Pero por qué levantar las patentes de las vacunas anti-Covid es presentado como una « palanca » en la lucha contra la pandemia?
El argumento, es que esta situación permitirá producir las vacunas de manera masiva y menos caras. Levantar las patentes significaría que se retira la propiedad intelectual sobre una molécula terapéutica. Lo que se traduce en quien sea capaz de fabricar y comercializar la vacuna, puede copiarla. Los grandes países productores de vacunas genéricas como India y Sudáfrica, pudieran comenzar a producir y vender una vacuna « Pfizer bis ».
Los laboratorios aseguran que levantar las patentes no aumentaría la producción porque estarían limitados por la falta de materias primas. Sería abrir una puerta jurídica que asusta a la industria farmacéutica. La patente es la única garantía de tener una rentabilidad durante cierto tiempo.
La guerra de patentes nos muestra como la propiedad intelectual, la investigación y desarrollo están aún en manos de los grupos más influyentes y poderosos y que siempre se espera obtener algo a cambio. Deseamos que la administración de Joe Biden realmente se preocupe por dejar un buen legado a la humanidad más allá de los intereses políticos, apoyando la investigación científica en pro de un avance social a nivel mundial.