Los seres humanos en su conformación como entes sociales han estructurado ligas de relaciones que han permitido no sólo su supervivencia, sino también la posibilidad de integrar y desarrollar las sociedades como existen en la actualidad. En estas, los individuos desarrollan su vida en grupos familiares, compuestos a partir de sistemas de parentesco, culturales, políticos, económicos, entre otros.
De acuerdo a la Constitución Política de los Estado Unidos Mexicanos, artículo cuarto, párrafo primero, establece que: La mujer y el hombre son iguales ante la ley. Ésta protegerá la organización y el desarrollo de la familia.
De acuerdo a lo establecido en la Carta Magna, el modelo familiar tradicional, ha ido cambiando con el tiempo, hoy en día la sociedad exalta valores distintos y toma en cuenta otros criterios para relacionarse, de ahí que la forma de interactuar entre las personas a evolucionado, y los roles que desempeña cada una de ellas, se ha visto en la necesidad de adaptarse a las nuevas formas sociales que van surgiendo en todo el orbe.
Según la profesora Carmen Valdivia Sánchez de la Universidad de Deusto en el país Vasco, en su obra La Familia: conceptos, cambios y nuevos modelos, establece los tipos de familia siguientes: familia nuclear reducida; familia monoparental; uniones de hecho (formada por dos personas solteras con o sin hijos y la cohabitación) y las familias reconstruidas, polinucleares o mosaico.
Por ello, considero necesario reflexionar sobre los cambios que se perciben en las sociedades modernas comparadas con las de otros tiempos.
La familia actual, tiene varias particulares que la hacen diferente de la tradicional, por ejemplo, el papel de la mujer, ya no es solamente el de ama de casa, ya que debido a las reformas legales y a la propia evolución social, estas tiene los mismos derechos y responsabilidades que los varones, como lo establece el artículo primero de la Ley de Igualdad de Trato y Oportunidades entre Mujeres y Hombres, que tiene por objeto regular, proteger y garantizar la igualdad de trato y oportunidades entre mujeres y hombres, mediante la eliminación de la discriminación, sea cual fuere su circunstancia o condición, en los ámbitos público y privado, promoviendo el empoderamiento de las mujeres, con el propósito de alcanzar una sociedad más democrática, justa, equitativa y solidaria.
La presencia de la mujer en la fuerza productiva puede advertirse en todos los espacios de la sociedad. Cada vez son más mujeres las que ocupan puestos de poder o se involucran por conseguirlos; si bien, en nuestro país, la mayoría de las familias están conformadas por una pareja heterosexual y sus descendientes, cada vez es más notorio otro tipo de familias que se forman por personas separadas o divorciadas que integran a sus hijos en un mismo entorno que conviven con hijos de una nueva pareja, pero que su condición es la de padre o madre solteros que velan por el bienestar y desarrollo educativo de sus hijos, sin el apoyo de otra.
Esta circunstancia, se ha dado por la falta de interés en la figura del matrimonio, donde las personas deciden mantener una convivencia afectiva pero acuerdan no tener descendencia, por lo que este modelo, como lo conocemos, va cayendo en desuso.
A manera de conclusión, consideramos que la familia es la institución base de la sociedad, que ha existido siempre a través de la historia, considerándose como el primer núcleo social en la cual, todo ser humano se siente protegido. Es el lugar adecuado, donde las personas aprenden a vivir en comunidad, con actitudes de respeto, servicio, fraternidad y afecto; por lo que debemos de procurar la supervivencia de esta figura.
¡ FELIZ DÍA DE LAS FAMILIAS !
Miguel Ángel Cruz Muciño
Abogado egresado de la Universidad Anáhuac,
Especialista en Derechos Humanos y Derecho Legislativo.