Ese es el valor monetario asignado a cada una de las 26 personas que murieron en el desplome de la Línea 12 del Metro.
Un joven muy lastimado, aterrorizado y desorientado, buscaba la manera de salir de uno de los vagones siniestrados. Saltó por una de las ventanas y cayó varios metros hasta el suelo, ocasionándose más heridas. Don Juan, quien tiene su comercio a unos 30 metros del lugar de la tragedia, estuvo entre quienes lo jalaron hacia la orilla de la banqueta para evitar que muriera aplastado.
Esa noche, don Juan vio y escuchó a muchas personas gritando por ayuda, viendo de frente a la muerte, en medio de una desgracia de esas que sólo se ven en las películas. Mientras, incrédulos, muchos testigos en estado de shock sólo alcanzaban a clamar: “¡se cayó el Metro!, se cayó el Metro!”.
El seguro contratado ampara con 650 mil pesos a cada víctima fallecida y el gobierno agrega otros 50 mil como apoyo a los deudos para los gastos inmediatos. Ese es el valor monetario asignado a la vida de cada una de las 26 personas que murieron.
Una línea del Metro que costó 26 mil millones de pesos que salieron de nuestros impuestos, con fallas en su trazo y estructura que tiene un gran tufo a corrupción y que cuestan 120 millones de pesos cada año, que van a dar a la caja de la empresa TSO NGE para que le dé el mantenimiento necesario, justo para evitar tragedias. La corrupción y la incompetencia matan.
Otras 33 vidas luchan por no terminar. Para ellas, 10 mil pesos de apoyo emergente. Para todos los afectados, programas de ayuda psicológica, asistencia social y carpas especiales para que hagan los trámites sin ser revictimizados con burocracia. Con los servicios de salud sufriendo la más profunda precariedad, quienes tuvieron que ser atendidos en hospitales privados al menos no tendrán que pagar. ¿Es la respuesta que esperaría la población frente a esta circunstancia?
La carga política y operativa quedó en los hombros de la jefa de Gobierno, quien no es la culpable de la desgracia, pero ¿hasta dónde llega la responsabilidad de un gobernante electo desde el momento en que toma protesta para ocupar el cargo? ¿Y la responsabilidad de sus predecesores? La constante es que aparezca un socavón, haya obras con fallas estructurales, sucedan accidentes derivados de la corrupción y del desconocimiento al tomar decisiones que deberían estar a cargo de especialistas y no de tiempos políticos, pero no un funcionario que haya estado a cargo y afronte las consecuencias.
¿Y el humanismo de los servidores públicos de los otros niveles de gobierno? Ningún funcionario federal se hizo presente.
De acuerdo con el análisis de la firma México Evalúa, el gasto funcional de todo el sector salud en el presupuesto 2020 fue de 680 mil millones de pesos, pero con todo y pandemia, y carencias en equipamiento y medicinas, gastó 34 mil millones menos.
En cambio, el Tren Maya tenía asignados 3 mil 253 millones de pesos y sin embargo, gastó 11 mil 832 millones.
¿Cuánto vale una vida arrancada por la incompetencia y la corrupción? Además de nuestros impuestos, ¿Cuántas veces más tenemos que pagar por nuestra seguridad y bienestar?