La determinación sumada al ensayo y error eventualmente rinden resultados. Finalmente, el prototipo del cohete Starship SN15 de SpaceX realizó un vuelo de prueba exitoso, alcanzando una altitud de 10 kilómetros. El cohete hizo un aterrizaje suave, pero, a diferencia del prototipo SN10, no explotó después de aterrizar.
SpaceX ha estado desarrollando durante años a Starship, un cohete súper pesado de próxima generación. Se diferenciará de sus predecesores por la posibilidad de uso múltiple de ambas etapas, cada una de las cuales aterrizará en tierra o en una plataforma marítima como la primera etapa del cohete Falcon 9.
A su vez, según los planes de Elon Musk, esto permitirá colocar al cohete en órbita. Incluso algunas de las etapas superiores serán repostadores de combustible capaces de realizar varios vuelos en poco tiempo y sin altos costos. En total, Starship pondrá en órbita más de 100 toneladas, y luego de repostar podrá continuar su viaje a la Luna, Marte u otros planetas del sistema solar.
Las pruebas
Las pruebas del nuevo cohete están progresando con distintos grados de éxito. El prototipo SN8 despegó 12 kilómetros pero no pudo frenar y se estrelló al aterrizar. Las pruebas del SN10 fueron más exitosas: el cohete aterrizó, pero unos minutos después de finalizada la transmisión oficial explotó.
Sin embargo, este 5 de mayo, Starship SN15 pasó con éxito las pruebas de vuelo. El cohete despegó 10 kilómetros, apagó los motores, se hundió con la ayuda de timones aerodinámicos, reinició los motores, los giró hacia la plataforma y se posó suavemente sobre ella. Después de eso, se vio un pequeño incendio debajo del cohete debido a los restos de combustible, pero no provocó una explosión.
Una parte visible de la superficie del prototipo está cubierta con baldosas negras de aislamiento térmico. En esta etapa de prueba, no es necesario, pero sin él, los vuelos suborbitales de prueba serán imposibles. Por eso SpaceX está probando si es que soportan la vibración de los motores y las caídas de temperatura del combustible criogénico.
No todo es felicidad para la empresa de Elon Musk. A fines de abril, la NASA instruyó a SpaceX para que construyera una versión lunar de Starship, con el fin de desarrollar un vuelo a la Luna bajo el programa Artemis. No obstante, a raíz de una protesta por parte de los competidores que perdieron, la agencia pidió suspender el trabajo hasta el veredicto de la Cámara de Cuentas.
Aunque la NASA ha detenido el desarrollo de la nave lunar, los primeros módulos de la estación lunar Gateway, un elemento clave para que las personas regresen a la luna en 2024, aún serán entregados por SpaceX en un cohete Falcon Heavy.