Un artículo publicado en la revista estadounidense Proceedings of the National Academy of Sciences, presenta una síntesis del estudio en el que se encontró que ciertos sonidos naturales son de por sí beneficiosos para la salud.
De acuerdo a la investigación, sonidos como el correr del agua, ya sea en un río, una cascada o al caer la lluvia, así como el trinar de los pájaros, ayudan en la reducción del dolor, el estrés, y sirven para mejorar el estado de ánimo y el rendimiento cognitivo.
“Los sonidos confieren sentido del espacio, conectan a las personas con la naturaleza y cada vez hay más evidencia que sugiere que los sonidos naturales son importantes para la salud y el bienestar humanos”, señala Rachel Buxton, del Departamento de Biología de la Universidad de Carleton, en Canadá, quien es una de las autoras del estudio.
Durante la investigación se analizaron y contrastaron datos de otras investigaciones sobre este mismo tema. De ese análisis se dedujo, que los sonidos del agua son más efectivos para mejorar el estado de ánimo y la capacidad para procesar información, mientras que el sonido producido por las aves se relaciona directamente con el alivio del estrés y la molestia.
En gran parte de esos estudios previos, se evaluaron los beneficios para la salud de los sonidos naturales a través de mediciones como la frecuencia cardíaca, la presión arterial, el dolor percibido y los niveles de las hormonas del estrés.
Tras esa revisión académica, el equipo investigó la distribución de sonidos naturales y artificiales en cerca de 70 parques nacionales de Estados Unidos. Descubrieron que solo el 11,3 por ciento de las áreas analizadas eran ricas en sonidos naturales y a la vez con poca interferencia del ruido humano.
Además se evidenció que los sonidos provenientes de la naturaleza ayudan a cubrir los impactos negativos causados por los ruidos antropogénicos, es decir aquellos de origen humano o derivados de la actividad del hombre, como lo pueden ser los generados por los medios de transporte. Así, escuchar sonidos naturales combinados con ruido humano, tuvo mejores resultados para la salud que escuchar solo ruido.
Uno de los resultados más interesantes fue que los sonidos naturales incluso mezclados con el ruido, tenían mayores beneficios para la salud que el simple ruido. “Si vive en un área de una ciudad donde todo lo que escucha es contaminación acústica es mucho peor para su salud que vivir en un área urbana donde también escucha sonidos naturales por encima del ruido”, explicó Buxton.
Aunque aún se desconoce porque se genera esa reacción positiva, Buxton maneja su propia teoría al respecto: “Desde el punto de vista evolutivo, un entorno acústico que tiene muchos sonidos naturales es un buen indicador de un entorno seguro, por lo que permite la recuperación mental porque no estamos al límite”.
Y es que así como se ha estudiado la influencia del ruido en la vida de diversos animales, se sospecha que este puede ser perjudicial para los humanos, pues afectaría la audición, la salud cardíaca y la tranquilidad.
“Algo que hemos pasado por alto en el pasado es lo valioso que es el paisaje sonoro natural como recurso”, explica el coautor del estudio, George Wittermyer, profesor asociado de biología de la conservación en la Universidad Estatal de Colorado.
Por eso los académicos hacen un llamado para proteger los sonidos naturales del ruido de las actividades humanas, y promueven interacciones responsables con la naturaleza, como caminatas sonoras y avistamiento de aves, que pueden resultar terapéuticas para las personas.