La función del derecho como ente regulador de la sociedad, se erige como el conjunto normativo necesario de toda nación, no solo por su contribución garantista, misma que históricamente ha pugnado por normar la conducta de las personas, si no por alcanzar valores supremos como: la paz, equidad, libertad, igualdad, dignidad, seguridad jurídica, la justicia y el bien común.
Por lo anterior, toda sociedad organizada, no puede prescindir de la ciencia del derecho como una herramienta que regula los actos individuales y colectivos de los integrantes de una comunidad.
En este contexto, la materia electoral se erige como una rama de la ciencia jurídica con peculiaridades que la identifican y distinguen de otras áreas de estudio del derecho, en razón de que sus elementos y su naturaleza están perfectamente bien delimitados, así lo refiere el ex Magistrado del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Maestro Flavio Galván Rivera, al afirmar que: “el derecho electoral es autónomo, por que cuenta con su propia legislación, además de contar con tribunales especializados, y con literatura jurídica especializada”, ha sido tal su avance en la sociedad, que asignaturas de la materia se incluyen en los programas de licenciatura, y posgrado de diversas instituciones de nivel superior.
Así mismo, se elaboran estudios a nivel mundial de los sistemas electorales, con el objeto de comparar en el contexto internacional su progreso y/o evolución, como ejemplo tenemos lo que establece: el Índice de Democracia (Democracy Index) 2019, emitido por la Unidad de Inteligencia de “The Economist”, en el cual, se recolectaron datos de un total de 167 países, incluido México, de los cuales el 13 por ciento se consideran democracias consolidadas, el 32 por ciento corresponde a democracias con defectos, el 22 por ciento corresponde a regímenes híbridos y el 32 por ciento corresponde a regímenes autoritarios; destacando que nuestro país se clasifica en el segmento democracias con defectos.
Por otro lado, la relación con otras áreas del derecho, acerca de cómo evolucionó y se fue transformando el derecho electoral, tiene su base principal, en regir los consensos políticos y democráticos, con la finalidad de buscar una convivencia pacífica, dando el valioso encargo al juzgador de esta materia, de cumplir con el orden constitucional, establecido para los procesos electorales.
Considero oportuno citar lo que se expresa en el Diccionario Jurídico Mexicano, sobre que: “El derecho electoral es la rama del derecho constitucional que, dotado de un alto grado de autonomía regula los procesos a través de lo que el pueblo constituido en electorado procede para la integración de los órganos del estado o la periódica sustitución de sus titulares, así como en aquellos procesos en que el mismo electorado interviene, en la función legislativa o en la definición de una cuestión crítica de la política nacional por medio de la iniciativa, el referéndum o el plebiscito, otorgando facultades para que el electorado haga valer sus derechos”.
Por lo que, en el marco del desarrollo del proceso electoral 2021, resultará de capital importancia, que los actores políticos socialicen de manera responsable la materia electoral y la participación ciudadana, entre la población del estado, con la finalidad, de que asuman un papel activo e informado dentro de los próximos comicios que se llevaran a cabo en nuestra Entidad.
M. en D. Raúl Flores Bernal
Catedrático Universitario
Especialista en Derecho Electoral y DDHH
