No resulta ocioso estimado lector, recordarnos a la sociedad en general y en particular a la clase política mexicana e incluso mundial que seguimos en deuda con las mujeres respecto a la equidad de género, la igualdad de oportunidades, la seguridad e integridad personal y, sobre las medidas que tomamos respecto a la violencia que se ejerce en contra de las mujeres.
El presidente de México en turno ha materializado en parte la equidad de género al menos en el gabinete que ha alcanzado por fortuna una paridad que, aunque tardó, llegó. Me parece importante señalarlo y reconocerlo como una decisión acertada, sin embargo, tiene que dejarse en claro que el reto de la equidad de género requiere de una solución estructural y no solo formal o para la foto. Me refiero a, al menos en política, que habremos alcanzado la equidad de género cuando una mujer tenga las mismas posibilidad y en igualdad de circunstancias de alcanzar cualquier puesto público, incluyendo por supuesto el de la presidencia de gobierno, pero también incluye acabar con la impunidad de los feminicidios y los delitos sexuales en contra de las mujeres.
Pero hay otros temas que son relevantes recordar y que son reflejo justamente de esta violencia estructural que se ejerce en contra de las mujeres, temas que han levantado ámpulas incluso entre las mismas simpatizantes del partido MORENA y es, la indignación por la designación del candidato Félix Salgado Macedonio como candidato a la gobernatura del Estado de Guerrero.
La indignación es tal, que 100 legisladoras del partido del presidente han firmado una carta en la que piden NO permitir que un personaje como Salgado pueda ser candidato a gobernador.
El caso es que el exsenador tiene no una, sino cinco acusaciones por violación, acoso y abuso sexual, de las que hasta el momento ninguna ha prosperado, al menos formalmente. Sin embargo, esto no significa que no haya cometido algún delito sexual en contra de las mujeres que lo señalan como un hombre violento sexualmente hablando y que es señalado de manera abierta y pública por Basilia Castañeda como su violador cuando ella era menor de edad.
Félix Salgado Macedonio es inocente hasta que se demuestre lo contrario. El caso es que el pasado cuestionable de un exsenador que ha sido captado agrediendo a un policía bajo los influjos del alcohol cuando era diputado y, con una acusación formal por violación desde el año 2014, acusación ratificada en el año 2017, lo hacen por lo menos, el candidato menos idóneo y adecuado, al menos es ética y moralmente cuestionable su candidatura.
La renovación moral del país, como lo propone el presidente de México, pasa, inexcusablemente porque candidatos como Félix Salgado Macedonio no aparezcan en la boleta electoral de cualquier Estado y por cualquier partido político. López Obrador prometió la gran transformación de México y espero que eso incluya la deuda que tenemos con las mujeres en cuanto a la equidad de género y su dignidad.