Desde el año 2015 cada segundo lunes del mes de febrero se conmemora un evento que busca educar a las personas de todo el mundo sobre esta patología neuronal que sufren aproximadamente 65 millones de personas en todo el planeta.
La epilepsia no es una enfermedad psiquiátrica ni mental, se trata de un problema físico causado por un funcionamiento anormal esporádico de un grupo de neuronas.
Puesto que su único síntoma son las crisis epilépticas que se manifiestan de forma intermitente, la mayor parte de las personas con epilepsia son plenamente capaces el resto de su tiempo.
El término epilepsia deriva del griego epilambaneim, que significa ‘coger por sorpresa’ y se refiere a un conjunto de enfermedades que se manifiestan por crisis epilépticas causadas por un problema en el cerebro. Generalmente, una crisis epiléptica se desencadena por un exceso de actividad eléctrica de un grupo de neuronas hiperexcitables y puede afectar a funciones como el movimiento o el comportamiento, o la noción de lo que sucede alrededor de uno.
El diagnóstico de epilepsia requiere que se hayan sufrido al menos dos crisis no provocadas.
El tratamiento más común utiliza fármacos antiepilépticos (FAE), que logran controlar las crisis en aproximadamente el 70-80% de los pacientes. Los medicamentos restauran el equilibrio químico de las neuronas y atenúan las descargas eléctricas anormales.