El color escogido por Harris es un guiño a las primeras sufragistas, a todas las mujeres, pero también busca llamar a la unión del país, dividido en estados rojos y azules. Es precisamente de la mezcla de ambos colores de la que surge el poderoso violeta que ha inundado esta investidura.
Cuando Kamala Harris ha subido por la escalinata al Capitolio vestida completamente de morado y minutos después ha acudido al lugar Hillary Clinton, también vestida en ese tono, ha parecido a primera vista una mera coincidencia. Sin embargo, tras aparecer en escena una tercera figura violeta, Michelle Obama -con un traje en un tono más rosado pero al fin y al cabo morado- el dress code de esta toma de posesión y el mensaje de las citadas ha quedado claro.
La primera vicepresidenta de los Estados Unidos no ha dejado nada al azar, ni tampoco lugar a la duda con sus elecciones de vestuario en este día histórico para los Estados Unidos. Feminista, defensora de las minorías étnicas y también del aborto, su discurso político se desprende también de su vestimenta.
Como ya avanzó su equipo de prensa, la vicepresidenta ha escogido creaciones de diseñadores negros para todos sus compromisos a lo largo de la jornada de investidura. Así, mientras que durante el homenaje a las víctimas de la Covid-19 ha optado por un diseño del modista y activista de origen haitiano Kerby Jean- Raymond (Pyer Moss), para su juramento al cargo ha lucido un vestido y abrigo firmado por Christopher John Roger, un modista emergente de tan solo 27 años.