Ver: https://www.facebook.com/alfonsonavadlreyes/videos/445268330176636
Laurenciano vive colgado del camión recolector de basura.
Es un pepenador oficial de la alcaldía.
Separa cartón, latas, papel, pet y todo desecho sólido que se puede vender —para el kilo –dice este trabajador del gobierno local.
—Gasté 3 mil 500 pesos en la prueba del coronavirus –recuerda este obrero ecologista.
—Gasté 7 mil pesos en medicinas para curarme el Covid –suma este trabajador de limpia.
—Gasté 10 mil 500 pesos o más –Laurenciano hace cuentas mientras pisa fuerte sobre cartones.
Seguro el gobierno les repondrá su gasto –se me ocurre comentar.
—El alcalde va a decir que no hay dinero para pagarnos el tratamiento contra el Covid –lamenta Laurenciano.
—Estamos acostumbrados a tratar con basura y también ya sabemos tratar con ese tipo de basura cada trienio –bromea, filosofa e ironiza Laurenciano.
Le pregunto ¿qué hacen con los letreros con la foto del alcalde y su propaganda?
—También se va a la basura, parejo, toditito –contesta el pepenador.
Con los 85 millones 50 mil 149 pesos que el alcalde gastó en propaganda personal durante 2020, dejó sin ayuda a 8 mil 100 trabajadores municipales negándoles 10 mil 500 pesos para su tratamiento contra el Covid-19.
—Gracias a Dios no me dio fuerte y sigo vivo –se consuela Laurenciano.
—Otros compañeros de todo el gobierno municipal se están enfermando y gastando lo que no tienen –comenta este recolector mientras comprime el contenido de un costal.
—Muchos trabajadores del municipio se han muerto.
Yo guardo silencio.
—Sus familiares piden ayuda al gobierno para quemarlos.
Yo dejo que hable.
—Los funerarios municipales se llevan los cuerpos para quemarlos.
Yo no lo interrumpo.
—Es la hora que las cenizas de muchos compañeros fallecidos están desaparecidas.
Yo lo observo.
—Las urnas con las cenizas de los muertitos nunca regresaron con sus familias –relata este pepenador.
En 2021, aún no sabemos cuánto gastará en alcalde en propaganda personal para reelegirse.
El presupuesto 2021 para el municipio está en la oscuridad.
Se quedó en casa para evitar que se contagie de transparencia.
La transparencia mata a los gobiernos insensibles.