La tortuga más oceánica de todas se creía extinta. Se trata de la tortuga laúd, que habita en las profundidades más recónditas del mar. Como raramente aparece en la línea de costa, ha sido difícil mantener un registro de cuántos ejemplares vivos existen. Sin embargo, una hembra de 600 kilos fue avistada en las playas de Baja California Sur, mientras desovaba 110 huevos.
La Red de Protección de la Tortuga Marina del municipio de Los Cabos informó a los medios de este acontecimiento como una muy buena noticia para el restablecimiento de la población de tortuga laúd en aguas mexicanas. Como embajadora de la organización, la bióloga Graciela Tiburcio Pintos informó al hotel Ventanas de la situación, para que el personal de seguridad pudiera vigilar el bienestar de la hembra mientras daba a luz.
La Dermochelys coriacea, por su nombre científico, es una especie de tortuga marina que llega a pesar más de media tonelada, con una longitud aproximada de 2.5 metros. Este reptil típicamente deambula en las aguas saladas de los trópicos, y cuenta con una tasa metabólica tres veces más potente que los demás integrantes de su familia.
Esto quiere decir, de acuerdo con algunos investigadores, que tiene la capacidad de regular su propio calor corporal. Esta característica correspondería más bien a mamíferos, en tanto que los reptiles son de sangre fría. Esta capacidad hace que la tortuga laúd pueda mantener su temperatura en 18ºC, a pesar de los cambios en las corrientes.
Generalmente se alimentan de medusas y algas marinas. Se reconoce fácilmente por la coloración oscura de su piel, y su típico caparazón en mosaico. Por la forma de la concha, similar a un instrumento musical de cuerdas, recibió el nombre que hoy lleva.
La tortuga laúd es quizá la más masiva de las tortugas marinas. En las últimas dos décadas, su población se ha visto mermada dramáticamente en un 80 %, a causa de la pesca indiscriminada y la venta ilegal de sus crías. Por esta razón, el hecho de que una hembra de media tonelada —saludable y fuerte— haya desovado 110 nuevos huevos es una muy buena noticia para esta especie en territorio mexicano.
Esta tortuga es difícil de avistar: su característica piel negra sin escamas, moteada de blanco, hace que sea aún menos distinguible entre las aguas profundas. Sin embargo, son animales relativamente dóciles que se acercan a las costas únicamente para dejar sus huevos, que requieren de una incubación especial. Para esto, Tiburcio y su equipo se pusieron en contacto con el hotel Hacienda, en el que se cuentan con las instalaciones necesarias para llevar a cabo el procedimiento de manera exitosa y segura.