Una investigación dirigida por la Universidad de Cornell determinó que durante más de siete años, una misteriosa enfermedad debilitante casi ha acabado con las poblaciones de estrellas de mar en todo el mundo. Algunas de estas especies están al borde de la extinción.
El estudio sugiere que las estrellas de mar, víctimas de la enfermedad de desgaste de las estrellas de mar (SSWD por sus siglas en inglés), pueden estar sufriendo una dificultad respiratoria que las lleva a estar literalmente “ahogándose” en su propio entorno. La causa principal es la elevada actividad microbiana que se deriva de la materia orgánica cercana y las temperaturas cálidas del océano, lo que termina robando a las criaturas de su capacidad para respirar.
“Como seres humanos, respiramos, ventilamos, llevamos aire a nuestros pulmones y exhalamos. Las estrellas de mar difunden oxígeno sobre su superficie exterior a través de pequeñas estructuras llamadas pápulas o branquias de la piel. Si no hay suficiente oxígeno alrededor de las pápulas, las estrellas de mar no pueden respirar”, explicó en un comunicado Ian Hewson, profesor de microbiología en la Universidad de Cornell.
La investigación publicada en la revista Frontiers in Microbiology, “evidencia que los microorganismos en la interfaz animal-agua provocan la enfermedad de desgaste de las estrellas de mar”.
Según Hewson, las condiciones del océano conducen a la producción de cantidades inusuales de material orgánico, lo que impulsa a las bacterias a prosperar. A medida que las bacterias consumen la materia orgánica agotan el oxígeno en el agua, lo que crea un microambiente con bajo contenido de oxígeno que rodea a las estrellas de mar y conduce a la deflación, decoloración, hinchazón y torsión o rizado de las extremidades.
“Es una cascada de problemas que comienza con cambios en el medio ambiente”, aseguró el experto y señaló que la mayor parte de la materia orgánica proviene de la exudación microscópica de algas (una descarga), la excreción y egestión de zooplancton y los cadáveres de animales en descomposición. Esto estimula un grupo de bacterias llamadas copiotrofas, que sobreviven con carbono y consumen rápidamente materia orgánica.
Asimismo, precisó que los copiotrofos respiran, de manera que mientras absorben la materia orgánica, agotan el oxígeno en el espacio acuoso de la estrella de mar.
“Son las concentraciones de materia orgánica en el agua. Si tienes una estrella de mar muerta y podrida junto a estrellas de mar que están sanas, toda la materia orgánica de esa persona muerta se desplaza y alimenta a las bacterias, creando un ambiente hipóxico. Parece que se está transmitiendo una enfermedad”, puntualizó.
Por último, el especialista indicó que si bien se debe hacer más trabajo científico, “esto reformula la discusión sobre la ecología de las enfermedades marinas, que se ha centrado en las enfermedades patógenas”. “Ahora deberíamos incluir microorganismos que no causan directamente la patología, ya que pueden tener una clave para afectar la salud de las estrellas de mar”, finalizó.