Generalmente, un animal venenoso se considera como alguno que posea la capacidad de producir picaduras o de enterrar colmillos prominentes en la carne humana. Sin embargo, no siempre es el caso. Algunos de los animales más venenosos del mundo ni siquiera tienen dientes o aguijones.
Algunos animales que aparentemente podrían ser inofensivos, esconden toxinas capaces de producir la muerte. Algunos de ellos pueden ser letales en segundos. Otros, producir una muerte lenta y dolorosa. Aquí presentamos algunos de los animales más venenosos del mundo:
1. Mamba negra
Se caracteriza por tener una piel color verde oliva, con casi 2.5 metros de longitud promedio. Generalmente, está en las colinas del sur y del este del continente africano, y es capaz de reptar a 20 kilómetros por hora. A diferencia de la creencia popular, esta serpiente adquiere su nombre de la coloración oscura de sus fauces.
La especie es tanto terrestre como arborícola; habita en sabanas, zonas boscosas, laderas rocosas y, en algunas regiones, bosques densos. Es de hábitos diurnos y se alimenta de aves y pequeños mamíferos. Sobre superficies favorables, puede moverse a velocidades de hasta 20 km/h en distancias cortas. Las adultas tienen pocos depredadores naturales.
El veneno de la mamba negra contiene fundamentalmente neurotoxinas y los síntomas se manifiestan por lo general al cabo de diez minutos. Entre los primeros signos neurológicos que indican envenenamiento grave están un regusto metálico, ptosis palpebral y síntomas graduales de parálisis bulbar (afecta a las neuronas motoras inferiores del tallo cerebral); otros síntomas neurológicos pueden ser miosis, visión borrosa o reducida, parestesia, disartria, disfagia, disnea, dificultad para controlar la saliva, pérdida de reflejo faríngeo, fasciculaciones, ataxia, vértigo, somnolencia y pérdida de la conciencia y parálisis respiratoria. Otros síntomas más generales pueden ser náuseas y vómitos, dolor abdominal, diarrea, sudoración, salivación, piel de gallina y ojos rojos.
La mordedura de una mamba negra puede colapsar a un ser humano en 45 minutos o menos. Sin el tratamiento con un antisuero apropiado, los síntomas generalmente avanzan hasta una insuficiencia respiratoria que lleva al colapso cardiovascular y a la muerte, por lo general en entre siete y quince horas.
2. Pez piedra
El pez piedra (Synanceia horrida) es una especie de pez escorpeniforme perteneciente a la familia Synanceiidae que habita en aguas tropicales de los océanos Índico y Pacífico, sobre todo en aguas específicas de Australia y el archipiélago malayo.
Es el actinopterigio más venenoso, y el contacto directo con las espinas de sus aletas, que contienen un potente veneno neurotóxico, puede ser mortal para los seres humanos. Cuando se camufla se asemeja a una roca (de ahí su sobrenombre), lo que los hace pasar desapercibidos y pueden ser pisados de forma accidental. Ademas cuenta con navajas bajo los ojos, u distintivo “sable lagrimal” puede ser utilizado a gusto por el animal, ya que lo puede sacar y retraer desde sus mejillas cuando lo necesita.
Sus púas se localizan en la aleta dorsal (12-13), anal (3) y pélvica (2), cada una de ellas con una glándula venenosa. El veneno es tan potente como el de la cobra, tiene citotoxinas y neurotoxinas. Al picarse con una espina aparece un dolor intenso y lacerante, el dolor se irradia por todo el miembro y alcanza su máximo a la hora. Se acompaña de dolor de cabeza, vómitos, espasmos intestinales, hipertensión arterial, en ocasiones con arritmias cardíacas, parálisis musculares, convulsiones, coma, parada cardiorrespiratoria y si no es atendida puede causar la muerte. Si sobrevive el paciente, la curación de la herida es lenta, con abscesificación de la misma. También posee una segunda línea de defensa, los tubérculos, que son unas glándulas que además de ayudar a mimetizar al pez segregan una toxina fulminante.
3. Rana punta de flecha
Una de las ranas más identificables del mundo, la rana punta de flecha, es una especie de rana venenosa. Se la conoce por su piel colorida brillante— amarilla en su espalda y azul en sus piernas— y por su tamaño. Puede alcanzar hasta 5 centímetros de largo, lo que la convierte en una de las especies de ranas venenosas más grandes.
Las ranas punta de flecha son endémicas de Centroamérica y América del Sur, estos anfibios encuentran sus hogares bajo hojas en el denso follaje de los bosques tropicales, o viven en lugares de alta humedad: cuanto más húmedo, mejor. Donde hay agua se quedan cerca, en especial debajo de rocas musgosas.
Los científicos no saben con certeza cuál es la fuente de toxicidad de las ranas venenosas, pero es posible que asimilen los venenos de las plantas transportados por sus presas, entre ellas hormigas, termitas y escarabajos. Las ranas venenosas criadas en cautiverio y aisladas de los insectos de su hábitat natural nunca desarrollan veneno.
4. Pulpo de anillos azules
Hapalochlaena es un género de moluscos cefalópodos del orden de los octópodos conocidos comúnmente como pulpos de anillos azules. Incluye cuatro especies de pequeños pulpos que viven en las pozas de agua de mar en el océano Pacífico, desde Japón hasta Australia. A pesar de su pequeño tamaño, son comúnmente reconocidos como uno de los animales más venenosos del mundo. Son reconocidos por sus anillos característicos de color azul y negro y por su piel amarillenta. Caza pequeños cangrejos, cangrejos ermitaños, y langostinos.
El veneno producido por estos pulpos contiene tetrodotoxina, 5-hidroxitriptamina, hialuronidasa, tiramina, histamina, triptamina, octopamina, taurina, acetilcolina y dopamina. La mayor neurotoxina de estos pulpos se llamó originalmente maculotoxina, pero luego se comprobó que era idéntica a la tetrodotoxina, una neurotoxina que se puede encontrar también en el pez globo y en Conidaes. La tetrodotoxina bloquea los canales de sodio, causando una parálisis motriz. Esa toxina es creada por una bacteria en las glándulas salivales del pulpo y puede causar náuseas fuertes, pérdida del habla, una coloración azul en las extremidades y hemorragias en el cuerpo humano. Son estas bacterias quienes le dan el color azul característico a sus anillos.
5. Cono de oro
También conocido como Conus textile, es una especie de molusco gastrópodo del género Conus, perteneciente la familia Conidae, de una longitud aproximada de 23 centímetros.
Come moluscos, poliquetos y pequeños peces. Su aparato radular, el cual se ha modificado a medida que la especie fue evolucionando, compone un dispositivo de caza en el que algunos dientes constituyen dardos de veneno. Estos dardos tienen forma de arpón, son huecos y se almacenan en un saco para pasarlos de a uno a la trompa. Otro saco dentro del diente sirve para inyectar el veneno, que actúa sobre el sistema nervioso de su víctima. Esta sustancia tiene una cantidad notable de toxinas diferentes, que las petrifica por completo hasta inducirlas en un estado de shock hipoglucémico.
En algunos casos, el ataque de un solo caracol (a pesar de sus dimensiones reducidas), es suficiente para terminar con la vida de un ser humano adulto.