Kaavan es un elefante asiático (Elephas maximus) que nació en Sri Lanka, pero ha pasado 35 años recluido en el zoológico de Islamabad, casi toda su vida. Debido a una mala alimentación y a la soledad se ha vuelo obeso, tiene diversos problemas de salud y problemas de comportamiento.
Desde 1990 tuvo una pareja en el zoológico, pero desde su muerte en 2012, Kaavan ha permanecido sola, por eso se le ha apodado como “el elefante más solitario del mundo”.
A raíz de una campaña mundial para liberarlo se ha conseguido una orden judicial del Tribunal Superior de Islamabad para sacarlo y trasladarlo a un santuario de elefantes, un espacio mucho más adecuado para este paquidermo.
Kaavan deberá ser trasladado en avión al Santuario de Vida Silvestre de Camboya a finales de noviembre y los veterinarios decidieron probar la musicoterapia como estrategia para calmar y animar al animal a hacer este viaje de la forma más tranquila y placentera.
Durante semanas el animal ha escuchado varias canciones y parece que “My way” de Frank Sinatra está funcionando.
“La musicoterapia junto con otros métodos calmantes parecen estar funcionando bien”, dijo Amir Khalil, quien supervisa los controles médicos necesarios para garantizar que Kaavan pueda realizar el viaje de manera segura.
La terapia funciona para tratar, entre otras cosas, el problema conocido como comportamiento estereotipado, derivado de años de soledad y aburrimiento, que hace que Kaavan mueva la cabeza hacia adelante y hacia atrás durante horas y horas.
Como alguien involucrado en misiones de rescate de animales, Khalil dijo que intenta no formar vínculos fuertes con sus “pacientes”. Pero en el caso de Kaavan no pudo resistirse a prestar especial atención al elefante. Mientras estaba en Islamabad, Khalil visitó Kaavan durante las horas de comida y salió a caminar con él. De vez en cuando le frotaba la cabeza durante el baño.
“Kaavan todavía es un animal salvaje, así que tuve cuidado al relacionarme con él. Pero conocía los beneficios de acercarme a él, ya que podía ganarme su confianza”, dijo Khalil.
El veterinario también modificó la dieta de Kaavan. Hasta ahora su dieta consistía principalmente en caña de azúcar, pero Khalil lo cambió por pasto y verduras, ofreciéndole una dieta más equilibrada.
Kaavan también estaba apiñado en un recinto sin nada con qué interactuar, por lo que Khalil dispuso que se transportaran arena y troncos en camiones para prepararlo para la vida en la naturaleza.
Encontró que las uñas de Kaavan también estaban agrietadas y desfiguradas, probablemente como resultado del suelo y la estructura inapropiados de su recinto. Las uñas agrietadas no solo causan molestias a los elefantes, sino que también representan un alto riesgo de que los gérmenes ingresen al cuerpo y causen infecciones. La compañera de Kaavan, Saheli, murió de tal infección, según Khalil.
Si todo va según lo planeado, Kaavan vivirá el resto de su vida en un santuario de elefantes en Camboya. Para llegar allí, tendrá que subir a un vuelo y recorrer 4.000 kilómetros en una jaula de acero especial.
“Kaavan necesita sentirse cómodo en la jaula. Se le dará un entrenamiento especial para que se familiarice con la jaula”, dijo Khalil.
Aunque durante el vuelo se le sedará, el equipo de veterinarios pretende que este entre en la jaula caminando solo.
Su nuevo hogar, el Santuario de Vida Silvestre de Camboya, es un paisaje forestal protegido de 405.000 hectáreas. Allí, el personal se está preparando para recibir a su invitado especial, incluida la preparación de un recinto de 1,2 hectáreas para el período obligatorio de cuarentena y rehabilitación de Kaavan. Después de eso, se le permitirá vagar libremente, explorar el espacio y mezclarse con los otros elefantes rescatados del santuario.
Reubicar Kaavan es un proceso caro, pero Free the Wild, una ONG de conservación que jugó un papel principal en la campaña para liberar a Kaavan, y Four Paws International están asumiendo los costos de transporte y la logística asociada. Según Free the Wild, este traslado va a costar más de U$S 45.000.
Aún quedan los procesos burocráticos y, seguramente, el traslado no se podrá llevar a cabo hasta finales de noviembre. Sin embargo, cuando lo haga, estará lejos de los insalubres condiciones del zoológico donde ha pasado su vida y podrá vivir en un espacio que le permitirá vagar libremente.