Tomando acción en aras de una equidad de género real, me sumo a abanderar la lucha en contra de la trata de personas.
Las cifras por los delitos en materia de trata de personas, considerando que existen al menos once formas diversas de explotación, son muy bajas en general. Por ello, se celebra el que las entidades inicien carpetas de investigación como una muestra de actividad en pro a su erradicación.
Consultando registros oficiales sobre investigaciones en materia de trata de personas, podemos observar que la institución encargada de analizar las estadísticas y registros nacionales, que corresponde al SESNSP, ha contabilizado para el año 2017, 304 casos; para 2018, 387 casos; en el 2019, 538; y en lo que va de 2020 se tienen 208 hasta el mes de junio.
La primera problemática a la que se enfrenta el Estado mexicano es el subregistro y omisiones en la identificación de víctimas de delitos en materia de trata de personas.
Diversos informes nacionales e internacionales han identificado a México como un país de origen, tránsito y destino, existiendo municipios o ciudades conocidas internacionalmente por la explotación sexual de niñas y niños como Acapulco, Cancún, Ciudad Juárez, Puerto Vallarta, Tapachula o Tijuana, por citar algunos ejemplos.
Sin embargo, ninguno de estos municipios tiene registros de amplias investigaciones o identificación de víctimas, sino por el contrario hay entidades federativas que tienen cero registros de casos, en un país en el que habitan más de 50 millones de personas en situación de pobreza.
Al menos el 50% de la población en México puede llegar a sufrir discriminación por origen, edad, sexo, nivel educativo o tener una condición socioeconómica precaria; así también como haber sufrido violencia o discriminación previas a la trata y delitos relacionados o tener cualquier tipo de adicción.
Es importante mencionar, que la trata incluye a hombres también, hay casos terribles de menores abusados, por ello hago énfasis en la unidad de hombres y mujeres para terminar con estas inhumanas y terribles prácticas que se han ido normalizando la idea de pagar por sexo y esto a su vez impulsando la oferta por la considerable demanda.
La trata de personas es un tema que hay que erradicar y esto se puede ir logrando a través de legislar penas para quienes paguen por este tipo de servicios.
Cambiar esta cultura depende de tod@s, dejemos de ver “normal” cosas que NO lo son. No a pagar por sexo. #SinTrata