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La torreta sonó tut, tut, la sirena tocó wiu, wiu y del altavoz salió la voz del oficial —oríllese pa´ la orilla carro negro oscuro y compacto pequeño.
Nicolás, el conductor, detuvo el Chevy. Para los uniformados su auto parece sospechoso por su pintura descolorida de más de 10 años de quemarse al sol rodando sobre las calles que recorre a diario como comerciante casa por casa.
Además, el vehículo es peligroso porque no tiene la placa con los colores del orgullo mexiquense. Debido a la pandemia por Covid 19 y a que las ventas cayeron Nicolás no lo reemplacó, tampoco lo llevó a verificar durante el primer semestre de 2020.
Al acercarse, los oficiales descubren un olor fuerte que despide la cajuela. Abren la compuerta y quitan la tapa de una hielera donde se guardan cadáveres congelados procedentes del mar, están cubiertos con hielo en cubitos. También encuentran una tabla para picar, una piedra para afilar y un cuchillo filoso para quitar las agallas a los muertos marinos.
Con el conocido protocolo de actuación que han sufrido miles de conductores, uno de los oficiales explica, motiva y funda en su propio conocimiento del derecho, el pretexto de la retención:
—Híjole caballero, con la pena que no es molestia pero nuestra rutina diaria del día a día es detener vehículos conducidos por conductores que circulan circulando y automotores con motor y, pus a Usted ya le cayó El Chahuistle porque sólo de verle su apariencia y forma de vestir se comprueba que está cometiendo faltas a la moral por traer desabotonada la camisa y además, en su unidá pequeña chica viene violando el Reglamento de Tránsito y cometiendo faltas administrativas penadísimas en el Bando Municipal, además, de que la forma de transportar cadáveres muertos de pescado viola el acuerdo ecologista de la Laguna de Ojuelos, las normas de salubridad y las reglas de inhumación de animales comestibles aptos para consumo humano, y no, pus, la portación ilegal de armas blancas punzocortantes, y, pus, con todo esto, mi caballero, pus ya bailó Bertha con la mismísima Constitución y le va a salir carísimo, además de prisión sin libertad bajo confianza, pero, pus, si usted caballero le entra y le pone número a la casa, si nos da para la cuota de los jefes que nos rentan la patrulla, pues nos hacemos como que la virgencita nos habla y le dejamos que siga a sus anchas sin molestarlo por este rumbo. Éntrele con una milpa…
Como Nicolás, miles de comerciantes, traileros, taxistas, motociclistas, productores del campo, miles de conductores padecen los abusos de mujeres uniformadas y varones uniformados de las corporaciones de seguridad pública, tránsito y vialidad de Toluca.
Son esquemas de retenes en las bocas de lobo en caminos y entronques de la ciudad de Toluca donde sorprenden a automovilistas y operadores de transporte público y privado.
Son las calles de las zonas industriales donde las autopatrullas y motopatrullas asaltan al conductor y al transportista.
Son los cruces mal señalizados, con contrasentidos de 20 metros, con doble balización, donde atrapan y muerden al menor descuido, trampas provocadas por la confusión de las señalizaciones de vialidad.
Asaltan y extorsionan en la calle, en las oficinas de los oficiales cívicos y conciliadores, exprimen al empleado, al trabajador, al obrero, al transportista, al ciudadano que se está ganando la vida de manera honesta y limpia, pues el criminal no espera a que lo extorsionen, ése da las cuotas por adelantado.
El modelo de seguridad, tránsito y vialidad en el municipio de Toluca genera hartazgo en los ciudadanos. Es claro que nunca ha servido al Toluco. Cambiar el modelo de control y orden vial represor del conductor porque no le orienta ni le sirve, cambiarlo porque criminaliza al ciudadano y lo esquilma, cambiarlo resulta impostergable.
La demanda no es nueva, en 2018, desde la academia, Juan Miguel Morales Gómez opinó que “resulta interesante para la investigación (…) apreciar el estado que guarda y, en su caso, conocer si se logran o no avances de la profesionalización de las policías estatales y municipales” (http://www.riceg.org/index.php/riceg/article/view/27/28). Desde el ámbito del derecho, en 2017, Yeni Denise Portilla Topete planteó “El problema de la inseguridad jurídica en hechos de tránsito en el municipio de Toluca” (http://ri.uaemex.mx/handle/20.500.11799/66610). Y hay más.